René Guadarrama
PLAYA DEL CARMEN

Un claro indicio de que las políticas pseudopopulistas fueron un factor importante en los últimos años en Solidaridad, es el anárquico crecimiento del comercio ambulante, solapado por las autoridades municipales que iniciaron el trienio (léase Mauricio Góngora Escalante) y, acrecentado por el interinato de Rafael Castro Castro.

La manera en que ha proliferado el número de personas que realizan el comercio informal, no se había visto en otras épocas, lo que genera pérdidas en los negocios establecidos, mala imagen, y riesgos en la procedencia y calidad de los productos que ofrecen, de acuerdo con los representantes de cámaras y órganos empresariales del municipio.

Y es que a la fecha no hay una respuesta a la solicitud que hicieran al ayuntamiento los miembros de la Canaco Servytur, para investigar a quien resulte responsable de permitir que diferentes giros se establecieran en la vía pública y zona turística de Playa del Carmen.

El presidente de dicha cámara, Pablo Alcocer Góngora, comentó que desde hace más de 90 días se busca una respuesta oficial del porqué los ambulantes han crecido desmedidamente en los últimos años, al grado que algunos pequeños negocios tuvieron que cerrar sus puertas ante la presión de las rentas y pocas ganancias.

“Pérdidas exactas no puedo dar, medirlo en dinero es complicado, lo que sí te puedo decir es que es un poco en proporción al cierre de negocios, cuando un ambulante se adueña de un lugar, por lo regular el giro establecido en la zona tiende a cerrar”, dijo.

Para el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Valadez, la situación es preocupante, ya que los puestos ambulantes han crecido en la Quinta Avenida con productos de baja calidad, o materiales que no son los anunciados. Como ejemplo, señaló que en algunos puestos venden alpaca por plata, lo que afecta la estancia de los visitantes.

“Venden de todo, alimentos, pulseras, recuerdos, artesanías, y puedes ver gente caminando o en sus puestos, en las esquinas hasta de dos o tres, eso es una competencia desleal, porque en la Quinta la mayoría de los locales se pagan en dólares, y ellos pagarán pequeñas cuotas”, subrayó Gerardo Valadez.

Jane Groman, coordinadora del Comité Empresarial Turístico, acusó que las ventas clandestinas son desmedidas y los puestos no pasan por la aprobación del Comité Dictaminador para el Comercio en la Vía Pública del municipio, dado que se obliga que la solicitud sea presentada por personas discapacitadas o de la tercera edad.

“Los que atienden los puestos son personas normales, entonces hay autoridades que toleran a los informales, y existen puestos que tienen hasta tres o cuatro personas, no podemos asegurar que sean explotados, pero son gente a sueldo que no cuenta con las prestaciones de ley, otra ventaja para sus ganancias”, manifestó.

De la misma forma denunció Lenin Amaro Betancourt, presidente de los Inversionistas y Prestadores de Servicios Turísticos de la Riviera Maya.

“Las ventas informales en la zona turística, y en general, en toda la ciudad, son exageradas, en algunos puntos la gente tiene que caminar por la vía de rodamiento porque las banquetas están llenas de puestos de comida, mochilas y gorras”, acusó.

Detalló que la mala imagen sucede en dos sentidos, a la vista con la saturación de puestos, y con el acoso que hacen los vendedores a los visitantes para tratar de hacer una venta.

“La Quinta se llenó de extranjeros que venden bastones de celular, y constantemente molestan a quienes disfrutan de un paseo por el andador”, agregó.

Todos los entrevistados coincidieron en que se deben tomar medidas estrictas de control al respecto, ya que de continuar la tendencia de crecimiento del ambulantaje, tanto en las esquinas de las colonias como en los parques y espacios públicos, los impactos al comercio serán cada vez más graves.