LÁZARO CÁRDENAS.- Se rebosa el drenaje sanitario de Chiquilá, lo que provoca inconformidad entre los habitantes que amenazan con cerrar de nuevo la entrada de este puerto si las autoridades no atienden este problema.
El alcalde interino, Ricardo Ponce Constantino, hizo un enérgico llamado a la CAPA estatal y municipal para solucionar el desborde de aguas negras en la vía pública.
“Si no atienden esta problemática la población va a tomar medidas serias”, dijo al hacer pública esta crisis que deja mala imagen de la comunidad a los turistas que llegan al destino esta temporada.
En Chiquilá existen alrededor de 400 usuarios de agua potable, de los cuales, sólo 71 fueron conectados a la planta de tratamiento de aguas residuales, y el resto vierte sus desechos en letrinas y fosas sépticas que contaminan el aire del ambiente y los mantos freáticos de la zona.
Como se recordará, el drenaje sanitario de Chiquilá, puesto en marcha en el período del entonces gobernador Félix González Canto, está abandonado.
José Luis Marcial Toto, representante comunitario, comentó que ante la falta de atención de la planta de tratamiento, éste se encuentra totalmente destrozado, con maquinarias inservibles y obsoletas, y por consiguiente, los 71 usuarios conectados al sistema sufren derrames y acumulamientos en sus domicilios.
Luis Méndez
GRUPO CANTÓN