Lázaro Cárdenas, Quintana Roo.- Los habitantes de la zona maya a pesar de que en un principio se resistieron, hoy son unos consumidores empedernidos desde el uso de vestimentas modernas, teléfonos celulares, alimentos rápidos entre otros servicios que tienen a su alcance en esta nueva era”, aseguró Pedro Iuit Chí, promotor cultural de la Dirección General de Culturas Populares en el estado.
“Las formas de alimentación, la vestimenta y las prácticas medicinales, entre otras cosas, se están perdiendo por efectos de la globalización, por ello, retomar planes de preservación es urgente para que nuestra identidad no muera”, dijo.
Iuit Chí manifestó que en el caso de la indumentaria indígena como el hipil o el terno ya casi pasa a la historia como una ropa de diario.
Explicó que respecto a las tradiciones alimenticias de los mayas se ha modificado mucho, como el caso del consumo de platillos tradicionales como el pipián, los atoles y otros alimentos que representaba casi como un ritual antes de ingerirlos como el “ek” (larvas de avispa) que se cocina y se disfruta en familia.
“Por ejemplo el ek (avispas de panal grande) se encuentra en los montes bajos o en las enramadas de los árboles y se baja cuando hay ‘luna llena’ previa a una ceremonia para que los dueños no te correteen, ya que en un momento protegen a las larvas y la miel que es lo que se come”, indicó.
Como una fuente de nutrientes para los indígenas, las larvas de la avispa se sacuden del panal y se tuestan sobre el comal ante la presencia de los hijos y de la esposa que prepara el chile con un molcajete y elabora tortillas hechas a mano.
“Esto es casi como la ceremonia del té que realizan los orientales, porque primeramente se sienta en la mesa el jefe de familia, posteriormente los hijos y luego la esposa quien ya trae todos los condimentos para disfrutar de esta vianda”, comentó.
Iuit, quien incluso ha hecho una melodía sobre este tema, que titula “Chan ek” o “pequeño panal”, mencionó que tiene varios años que no ha visto familia alguna consumir este alimento, pero en contraparte ha visto a familias que tienen en su mesa refrescos embotellados de tres litros en vez de las aguas de naranja, limón y las frutas que en ocasiones se encuentran en traspatio.
“Si te fijas la globalización nos trae varios factores que limitan a nuestra gente a continuar con las tradiciones, pero en mi calidad de promotor cultural estoy exhortando a los jóvenes y las madres de familia a mantener un vínculo con sus hijos y que sean ellas mismas que les hablen y compartan sus experiencias para que no se pierda en forma definitiva”, dijo.
PRESERVACIÓN
Por su parte, la Asociación Civil “Nuevas Generaciones” de la comunidad del Valladolid Nuevo, implementó un plan para mantener viva la lengua maya, los juegos y prácticas en maya, así como la conservación de otras actividades tradicionales que peligran ante el avasallador paso de la transculturización promovida en forma inconsciente por los medios de comunicación electrónicos y los mismos habitantes.
El presidente de la asociación mencionada, Manuel Jesús Hoil Martínez, en su calidad de maestro en la comunidad de San Lorenzo, encamina a los niños a seguir hablando maya e interactuar con los avances tecnológicos sin que desdeñen o rechacen sus orígenes como ocurre con las generaciones actuales.