Manuel Chan Uicab / Grupo Cantón
Felipe Carrillo Puerto,-En el corazón de la selva de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, se encuentra Trapich, una comunidad indígena donde la conservación de semillas nativas como las de calabaza forma parte esencial de la vida diaria.
Don Faustino Poot, campesino con más de medio siglo de experiencia, continúa sembrando diversas especies que, además de alimentar, sirven como utensilios tradicionales y adornos.
Las calabazas que cultiva junto a su familia no solo se comen, sino que también se convierten en recipientes para tortillas, agua o para mover la chicharra en las festividades.
Esta sabiduría ha sido heredada de generación en generación, y representa una forma de resistencia cultural y sostenibilidad alimentaria que persiste pese a las adversidades económicas.
La milpa, base de la agricultura en la comunidad, incluye cultivos variados como maíz, frijol, chile, camote y jícama, lo que asegura autonomía alimentaria.
Don Faustino recibe apoyo del programa Sembrando Vida, aunque los recursos no siempre alcanzan para cubrir las necesidades familiares, especialmente cuando hay hijos estudiando.
Para complementar sus ingresos, ha comenzado a fabricar muebles y maceteros, mientras sus hijos exploran nuevos usos para los calabazos, como lámparas artesanales.
Esto les permite diversificar sus actividades sin abandonar sus raíces agrícolas y culturales.
Trapich aún enfrenta carencias importantes: no hay parque, clínica ni caminos pavimentados, y el domo no cuenta con gradas.
Recientemente, la comunidad eligió comités para administrar recursos federales directos, con la esperanza de atender necesidades prioritarias bajo el respaldo del gobierno estatal y federal.