Manuel Chan Uicab / Grupo Cantón
Felipe Carrillo Puerto,-Con 65 años de edad, Doña Delfina Poot Kauil se levanta todos los días a las tres de la mañana para preparar la venta del día. Con ayuda de su esposo, elabora atole nuevo, salado, dulce, simple, tamales, pinole, hasta arroz con leche, no obstante, las ganancias no le alcanzan para cubrir los gastos de sus necesidades básicas, debido al incremento de los precios de la canasta básica.
Hace más de 30 años que Doña Delfina Poot Kauil dedica su vida en vender los alimentos y bebidas elaboradas a base de maíz en el paradero construido de palma de guano y maderas ubicado en la comunidad de Santa Rosa en el municipio de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.
Doña Delfina es muy conocida por toda la comunidad quienes todas las mañanas acuden a degustar el tamal o el atole de su preferencia debido a los precios accesibles a 10 o 15 pesos máximo por cada alimento que ella misma sirve, y que tiene en los recipientes asentados en las escarpas de la palapa usada como paradero.
A sus 65 años de edad, todos los días desde hace más de 30 años, Doña Delfina se levanta a las 3 de la mañana, para estar a las seis de la mañana en el paradero del pueblo de Santa Rosa, y a las 11 del día está de regreso a su comunidad de Sabán en el municipio de José María Morelos, Quintana Roo.
Son varias mujeres y hombres dedicados a la venta de este producto hecho a base de maíz, distribuidos en diversas comunidades rurales, desde Tihosuco, Santa Rosa, Señor y la cabecera municipal de Felipe Carrillo Puerto en donde se les puede ver en cada esquina ofreciendo el producto y ganándose la vida enfrentando los precios de la canasta básica como aceite, frijol, así como el pago de agua y luz pese a las fallas que actualmente han sido recurrentes en toda la entidad.
“En un día puedo ganar hasta 300 pesos, es poco, pero todo es caro ahora”, menciona en maya.
Mencionó que la producción de elotes lo compra en candelaria en el municipio de José María Morelos desde una parcela mecanizada, en donde todo el tiempo pueden conseguir la base de su venta.
Sólo unos dos meses se aprovecha con la producción de temporal del cultivo de su esposo en la comunidad de Sabán, la mayor parte del año es comprado allá en Candelaria, mencionó.
Este proceso o medio de vida de las familias de la zona rural, se mantiene desde la cosmovisión maya, por ello aún realizan la ceremonia en cada proceso, para la tala de monte, quema, siembra, para la petición de lluvia entre otras ceremonias que reflejan la identidad y el legado milenario.