Felipe Carrillo Puerto

Don Miguel Ángel, el último lustrador de zapatos de Carrillo Puerto

Manuel Chan Uicab / Grupo Cantón 

Recordó que hace 14 años, cuando llegó a la ciudad había unos 7 boleadores, y recorrían las calles, cantinas, y negocios brindando su trabajo

Felipe Carrillo Puerto,-Don Miguel Ángel García conserva este oficio desde que era un “Chavito”, actualmente, en el mercado municipal del corazón de la cultura maya de Quintana Roo continúa dándole brillo al calzado de los clientes.

Hace más de 10 diez años, Miguel llegó a la ciudad de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo procedente del estado de México, por la tranquilidad de este lugar, para establecerse y buscar el sustento de la familia a través del servicio de aseador de calzado, bolero o lustrador como se les conoce.

Se limpia el sudor de la cara ante el intenso calor característico de esta zona, y con gesto de humildad menciona orgulloso que este oficio lo aprendió gracias a su padre.

“Aprendí porque mi papá trabajaba de esto, por mi parte, aprendí viendo, me llamó la atención desde que estaba chavito”, dijo.

Recordó que hace 14 años, cuando llegó a la ciudad había unos 7 boleadores, y recorrían las calles, cantinas, y negocios brindando su trabajo, ahora en pleno 2025, solamente Miguel Ángel García Zamora hace brillar los calzados desde un espacio ubicado en el mercado municipal Benito Juárez de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.

A pregunta expresa, Miguel menciona que el trabajo disminuyó demasiado por esa razón los demás boleros se dedicaron a otra actividad.

“Al principio también andaba en mi bicicleta recorriendo las calles, cantinas, y otros lugares, ahora a ya estoy establecido en el mercado municipal en dónde pago 30 pesos diarios como permiso para trabajar”, indicó.

Don Miguel junto con su hermano fabricaron la silla adecuada para brindar el servicio de lustrador a los clientes, en donde mientras leen las noticias del día, se concentra en realizar el cepillado, encerado, pintura y un pulido para hacer billar el calzado.

“En tiempo de lluvia disminuye el trabajo”, menciona Don Miguel y agrega que el trabajo ha disminuido demasiado, como en cualquier otro empleo hay bajas y altas, sólo es tener paciencia.

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Además, los insumos con lo que lustra calzado no los consigue en la entidad, por ello a cada año viaja a la Ciudad de México para abastecerse.

Recordó que sus primeras boleadas las hizo en la Delegación Gustavo A. Madero del extinto metro Martín Carrera, allá en la Ciudad de México, por ello está dispuesto a enseñar a alguien interesado en aprender, porque hace falta.

El oficio de lustrador de calzado no es opción para las nuevas generaciones, como ejemplo, menciona que sus hijos no están interesados en ello, aunque les enseña a hacerlo porque es bueno saber muchos oficios.

Cada día, desde el mercado municipal ubicado en el centro de la ciudad de Felipe Carrillo Puerto, Miguel espera paciente, para ilustrar a sus clientes con una buena lectura y una buena boleada para hacer brillar este oficio que es parte de la historia y cultura de nuestro país.

Publicado por
Javier