Paloma Wong / Grupo Cantón
Chetumal.- Mangle rojo y maderas preciosas de la región forman parte del arbolado que el ejido Santa Elena está sembrando dentro del programa de reforestación, que fuera implementado tras el impacto generado por el Tren Maya, informó Hilario Huerta Ascensión, presidente del comisariado ejidal.
Como se recordará, durante la construcción del Tren Maya se tuvieron que abrir brechas para el cruce de las vías férreas, devastando parte de los árboles que habían en este trazo realizado para dar vida al proyecto federal del Tren Maya.
Para mitigar esta afectación, el entrevistado confirmó que están llevando a cabo un proyecto de reforestación en 40 hectáreas, los cuales se encuentran divididos en dos polígonos y poder tener una diversidad forestal; por un lado se sembró mangle rojo y en el otro maderas preciosas como caoba, cedro y ciricote. Con ello, buscan restaurar las zonas impactadas y al mismo tiempo fortalecer el patrimonio natural del ejido.
“Obviamente donde paso el tren impactó el lugar, ahora se está regenerando esto y digamos que la parte afectada la reubicamos y ahí es donde estamos sembrando. Por eso tenemos dos zonas, una con mangle rojo y otro son de maderas preciosas”, abundó.
Huerta Ascensión agregó que este programa de reforestación tiene un doble beneficio, ya que además de compensar el daño ambiental, ofrece a los ejidatarios la posibilidad de acceder a bonos de carbono por el cultivo de mangle y, en el caso de las maderas preciosas, la opción de comercializarlas bajo normas ambientales.
Aseguró que el hecho de que el ejido haya pasado a dominio privado les permite un mayor control del polígono, ya que los propios comuneros realizan la vigilancia de la zona, lo que ha contribuido a mantener a raya la tala clandestina y dar seguimiento al proceso de regeneración.