CANCÚN, Q. Roo.- Sentada sobre unas colchonetas colocadas en los bajos del palacio municipal y amamantando a sus gemelas de escasos tres meses de nacidos se encontraba Rosa María Elvira Bautista, una de las personas que fue desalojada de la colonia irregular El Fortín, aunque su mirada estaba fija en una de sus pequeñas, su mente no dejaba de cuestionarse “hasta cuándo viviremos en la calle”.
Con 21 años de edad y tres hijos, los dos bebés y un niño de dos años de edad, el panorama que vislumbra para el futuro de sus pequeños no es nada halagador, debido a que en ocasiones duermen a la intemperie y por lo poco que gana su marido, que es ayudante de aluminiero, no tienen para comprar la leche o agua para tomar.
Cuando el reportero la cuestionó sobre el tiempo que llevaba viviendo en El Fortín, recordó que tenían dos años en ese sitio y que ya comenzaban a construir, cuando les notificaron que serían desalojados.
Dijo que la noticia los agarró desprevenidos, ya que en este tiempo no se preocuparon por buscar un lugar a donde irse, debido a que su esposo apenas gana mil 500 pesos a la semana o menos, porque “cuando rompe un vidrio se lo descuentan”.
Reconoce que estar viviendo en la Plaza de la Reforma del Ayuntamiento Benito Juárez es muy duro, pero que es una manera de luchar por tener una vivienda digna
Pero mientras esto sucede, Rosa María ha tenido que cuidar a sus bebés en la calle e incluso, cuando una de las gemelitas se enfermó, tuvieron que pedirle apoyo al resto de los colonos de El Fortín para llevarlas al hospital y comprar medicina.
Durante la jornada laboral de su marido, la joven es acompañada en todo momento por su mamá, que también fue desalojada de la colonia irregular y es quien la ayuda con uno de los niños. (Renán Moguel / QUINTANA ROO HOY)