CHETUMAL.- Los problemas sociales más comunes entre los jóvenes de 15 a 18 años son las adicciones así como los robos a casa habitación y autopartes es el principal delito cometido por jóvenes menores de edad, aunque al no haber flagrancia y denuncia, estos quedan en libertad.
Hasta hace cinco años atrás en Othón P. Blanco existían más de 30 pandillas, el 60% de sus integrantes eran menores de 13 a 18 años, en la actualidad, la Policía Municipal descartó la presencia de alguna agrupación de este tipo. En aquel tiempo, las colonias que se caracterizaron por el alto índice en la presencia de pandillas son Forjadores, Del Bosque, Proterritorio y Barrio Bravo.
Sin embargo, a través del Centro de Atención a Víctimas y Menores en Riesgo (Cavimer) se ha detectado la presencia de menores de edad con problemas de adicción, y otro grupo con tendencia a cometer delitos comunes como es el robo a casa habitación y autopartes, informó Osiris de Jesús Ceballos Díaz, director de la Policía Municipal de Othón P. Blanco.
Detalló que cuando los menores de 15 a 17 años caen ante la autoridad luego de cometer un robo difícilmente se le puede dar un seguimiento al caso, en primera porque no hay flagrancia cuando la persona es detenida y en segunda, porque no existe una denuncia de parte del agraviado.
“Las edades más comunes son de 15 a 17 años, donde hemos visto que los menores ya empiezan a delinquir, pero no al no tener flagrancia y no haber una denuncia de por medio pues no se puede poner a disposición de la Fiscalía”, apuntó.
Por lo tanto, el procedimiento para sancionar a los jóvenes y evitar que sigan con estas actividades ilícitas no puede frenarse, además de que hay leyes que son imputables y por ello las cifras se mantienen neutrales, consideró.
Al mes son hasta tres jóvenes que son resguardados en el Cavimer, en espera a que sus padres lleguen por sus padres para llamarles la atención y brindarles alternativas para evitar que sus hijos continúen con la tendencia por las cuales son retenidos.
Por su parte, Marta Rosado Arceo, coordinadora de la Unidad Especializada para la Atención de Violencia Familiar y de Género, detalló al año se realizan unas 300 atenciones a menores quienes fueron sorprendidos en la vía pública ingiriendo bebidas alcohólicas o en su caso con drogas, a los cuales, por su minoría de edad, son resguardados por un máximo de ocho horas mientras localizan a sus padres.
“La mayor incidencia que ocurre es porque estaban tomando en vía pública, estaban en fiestas o toxicómanos y cuando son delitos se checan a través de la Fiscalía, cuando solo es falta administrativa llevamos todo el procedimiento”, comentó.
Rosado Arceo agregó que han realizado detenciones de menores que se dedican a la vagancia, mal vivencia y mendicidad en la vía pública y que en consecuencia causan daños a terceras personas.
Por Paloma Wong/Grupo Cantón