Chetumal

Doña Nelia: 37 años dedicada al sabor de las marquesitas

Paloma Wong / Grupo Cantón 

Comenzó vendiendo papas, marquesitas y churros junto a su esposo, en la colonia Centro, en el cruce de las avenidas Álvaro Obregón y Héroes

Chetumal.- Con 37 años de experiencia en la elaboración y venta de marquesitas, doña Nelia Ávila Ancona no ha visto mermar su ánimo a pesar de haber enfrentado la pandemia sanitaria, lluvias, escases de producto y un sinfín de situaciones, pues siempre regresa a su lugar de trabajo con la misma disposición de ofrecer calidad, sabor y atención a sus clientes.

En una charla con doña Nelia, recuerda que comenzó vendiendo papas, marquesitas y churros junto a su esposo, en la colonia Centro, en el cruce de las avenidas Álvaro Obregón y Héroes, empleo que les ha permitido dar estudios a cada uno de sus tres hijos, quienes hoy son unos dignos profesionales en crecimiento.

Indicó que con el paso del tiempo además de tener el puesto en la colonia Centro, se “arriesgaron” a tener un segundo “carrito” en el Bulevar Bahía, justamente en la zona de comerciantes semifijos de la Explanada de la Bandera, aunque ello no ha mermado las ventas, ya que cada uno de los que ahí convergen han forjado sus clientes.

Sin embargo, el camino no ha sido fácil para esta pareja, ya que las lluvias han sido un obstáculo constante.

“A veces salimos sin saber si va a llover o no, pensamos que va a pasar y al rato estamos inundados. Hace un año el agua nos llegó hasta la mitad del puesto. Nos quedamos atrapados hasta que mi esposo vino a buscarnos y pudimos salir”, comentó brevemente como anécdota.

A los retos climáticos se han sumado los económicos, entre ellos el aumento en los costos de los insumos lo que ha reducido sus ganancias.

“Cuando empezamos, el queso era económico y ahora que el precio ha subido tenemos que ajustarnos aunque las ganancias sean menores, ahora que se vino la escases del queso el señor Baroudi no nos dejó sin producto, al contrario aunque fuera solo una bola de mercancía por persona, siempre nos dejaba algo para vender”.

La pandemia por COVID-19 también dejó huella profunda, el cual fueron superando poco a poco.

“Fue muy duro, estuvimos un año sin salir a trabajar.

Tampoco en la casa vendíamos, porque la gente no salía y no tenía dinero. ¿A quién le íbamos a vender?”, pero ya paso lo más duro y pudimos regresar a los puntos de venta.

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A pesar de todo, doña Nelia sigue firme en su puesto, especialmente en temporadas vacacionales, cuando el movimiento de visitantes mejora las ventas, ya que cuando los estudiantes están en clases la gente casi no sale porque los padres de familia tienen otros gastos.

Con su vasta experiencia en su negocio, doña Nelia explicó cómo se prepara una buena marquesita:

“Se hace el líquido con harina, se pone en la plancha caliente, luego se agrega queso rallado, se enrolla y queda como una barquilla. Se le puede poner dulce si el cliente quiere. La tradicional cuesta ahora 60 pesos, y si piden más ingredientes, puede llegar a 70”.

Asegura que cuando decida retirarse, el futuro del negocio dependerá de sus hijos o incluso de sus nietos. “Todos están estudiados, y si alguno quiere seguir, aquí están los permisos, de lo contrario ya no seguirá la tradición de las marquesitas “Brando”.

Publicado por
Javier