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Xenofobia de Trump fue ‘made in’ Cancún

Agencias
CIUDAD DE MÉXICO

A fines de 2008, en un modesto restaurante de Puerto Morelos, sitio cercano a la zona turística de Cancún, se reunieron los hijos del magnate inmobiliario Donald Trump, Donald Jr. e Ivanka, con representantes legales de la empresa Mayaland, del yucateco Fernando Barbachano Herrero, y el entonces alcalde panista de Cozumel, Gustavo Ortega Joaquín.

De acuerdo a la agencia Apro, era la reunión definitiva para negociar con el presidente municipal el cambio de uso de suelo para una zona de 12 kilómetros de playa, en el norte de la isla caribeña, y que destrabara los trámites para el desarrollo de Punta Arrecifes Resort, un proyecto que pretendía convertir a Cozumel en un destino de turismo de lujo.

“Ese terreno ahora no vale nada. Si yo les cambio el uso de suelo valdrá más de mil millones de dólares. Y yo… ¿qué gano?”, les comentó Ortega Joaquín a sus invitados.

Para “acelerar” los trámites, el alcalde panista les pidió un “moche” de 20 millones de dólares. Directo, sin rodeos, el alcalde panista les indicó que ese era el precio para lograr el cambio de uso de suelo, pese a las protestas de los grupos ambientalistas.

Sorprendidos, los hijos de Trump dieron por terminadas las negociaciones y se fueron de Puerto Morelos, según relató a Proceso uno de los testigos de este episodio, quien pidió el anonimato y que formó parte del diseño de Punta Arrecifes Resort.

Los 20 millones de dólares que pidió el alcalde cozumeleño nunca fueron mencionados públicamente por Trump, pero hizo que se saliera del proyecto Punta Arrecifes Resort. Sólo había invertido 150 mil dólares, que les fueron devueltos años después por su socio Barbachano Herrero.

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Publicado por
Redacción Quintana Roo