CANCÚN, Quintana Roo.- Rafael Antonio Pantoja Sánchez, subsecretario de Educación Básica en el estado informó que se tiene como estadística que, de cada 10 niños, tres sufren de obesidad u obesidad mórbida, pero confirmó que no se dejará de vender comida chatarra en las escuelas ni tampoco refrescos, solo se distribuirán en menor cantidad.
En primera instancia, el funcionario de educación comentó que se ha tenido la capacitación de concesionarios de cooperativas escolares, 150 en total y que es igual el número de tienditas que están en escuelas de nivel básico en la capital del estado.
Pantoja Sánchez mencionó que además asistieron personas que son responsables de vender alimentos dentro o fuera de las escuelas, esto para indicarles qué gramaje se tiene que vender en galletas o chicharrones.
En este punto recordó que hace más de dos años se dio el “Acuerdo Nacional de Salud Alimentaria”, en el que se eliminó el gramaje de azucares, frituras y galletas, entre otros. Por ello es que, mencionó que estaba ya prohibida su venta en las escuelas.
Pero mencionó que se detectó que muchos de los niños hacían doble cola para comprar doble producto en algunos casos y resultaba que seguían consumiendo comida chatarra.
Actualmente, afirmó, de cada 10 niños, 3 sufren de obesidad y obesidad mórbida, pero culpó también de este padecimiento a la cultura gastronómica de la región, ya que los salbutes y empanadas provocan esta situación.
Sin embargo, dijo que no se dejará de vender productos como galletas, chicharrones y frituras, solo que se controlará su gramaje, es decir, en el caso de que los paquetes de galletas sean de 6 u 8, solo se podrán vender 4, así como de los demás productos antes referidos. En el caso de los refrescos señaló que se esta buscando que se pueda vender más agua que bebidas embotelladas gaseosas de sabor, ya que eso es lo que buscan más de los niños.
Pantoja Sánchez también apuntó que se esta buscando realizar una campaña de salud en los estudiantes de nivel básico para que se pueda reducir esta incidencia de menores con problemas de sobrepeso en el estado y sobre todo mejorar la calidad de vida de los estudiantes.
La obesidad infantil es un problema creciente en nuestra sociedad y los especialistas recomiendan tomar acciones inmediatas por la repercusión que causa en el desarrollo, psicológico y la adaptación social del niño en relación a la autoestima, depresión y desajustes en el comportamiento social.
De acuerdo con el psicólogo Adrián Fernández, un niño obeso no sólo sufre las consecuencias del exceso de peso, pues su estado psicológico también se resiente, porque pueden producir en el organismo, muchas enfermedades derivadas que afectan en su presente y futuro.
Del mismo modo, dijo, las consecuencias negativas psicológicas son también muy importantes. “Un niño obeso sufre porque no puede correr o saltar como los demás niños, se entristece porque otros niños le rechazan y además tiene que soportar en algunas ocasiones burlas que afectan en lo más profundo de su ser”, refirió.
Por ello también recomienda implementar políticas públicas que permitan a los niños un mejor estilo de vida saludable para evitar el sobrepeso y sus complicaciones. (QUINTANA ROO HOY/Samuel Caamal/ Saraí Reyes)