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noviembre 23, 2024

Cancún

Tiempos compartidos, una "mina de oro" para lavadores

Fraudes que generan más de mil millones de dólares en ganancias por la venta de una propiedad vacacional inexistente.

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Jesús Vázquez
CANCÚN, Q. Roo

Los tiempos compartidos se han convertido en una fuente multimillonaria de fraude y lavado de dinero a nivel mundial. Anualmente más de 1,000 millones de dólares genera la venta fraudulenta de tiempos compartidos, por lo cual se ha convertido en una actividad de alto riesgo para el lavado de dinero, anticipó el experto Jorge García Villalobos, asesor de la firma Deloitte.

El experto en combate al lavado de dinero dijo que este fenómeno está recientemente descubierto, por lo cual anteriormente el sector turístico no estaba contemplado como actividad vulnerable al lavado de dinero. Sin embargo, ante el enorme volumen de dinero que se obtiene a través de los fraudes en tiempos compartidos, el turismo podría ser en breve incluido dentro de la lista de actividades vulnerables al lavado de dinero, aseguró.

De los 1,000 millones de dólares que a nivel mundial genera la venta fraudulenta de tiempos compartidos, 3% corresponde a México y casi la totalidad de ese 3% a Quintana Roo, pues es el estado que a nivel nacional concentra más de 60% de la venta de tiempos compartidos a nivel nacional.

México es de hecho el segundo lugar a nivel mundial en venta de tiempos compartidos, sólo detrás de Estados Unidos, con 525 desarrollos afiliados a este segmento, de los cuales 170 están en Cancún y Riviera Maya, que representarían el 31% de la oferta total pero que representan 60% de las ventas brutas; seguido de Puerto Vallarta y Nuevo Vallarta; y Los Cabos.

Tan sólo en 2015 se comercializaron 99,000 semanas de tiempos compartidos, que representaron una facturación de más de 1,900 millones de dólares a nivel nacional, según cifras de RCI, líder mundial de tiempos compartidos.

El día de ayer, durante la inauguración de la X Conferencia Anual Latinoamericana sobre Delitos Financieros, que se realiza en el hotel JW Marriot, García Villalobos, dijo que el fenómeno principal mediante el cual se cometen los fraudes es la clonación o suplantación de páginas web de los clubes vacacionales, o sitios especializados en venta de tiempos compartidos, que captan incautos, a los que se les vende una propiedad vacacional que en realidad no existe, pero por la cual se llegan a cobrar más de 1,200 dólares mensuales.

Aseguró que se trabaja desde empresas especializadas en seguridad para localizar y combatir esta modalidad de delito, que se convierte en lavado de dinero, pero apenas se están desarrollando las herramientas, pues se trata de una actividad que no está identificada aún como riesgosa para lavado de dinero. Es decir, los multimillonarios ingresos que se generan del fraude, forzosamente tienen que ser “lavados” para ser incorporados a la formalidad financiera de los países en los que este fraude es cometido, explicó.

Busca Acluvaq frenar quejas por fraudes

Apenas en 2014, luego de varios años de no aplicarse, la ley estatal para el control y regulación de los tiempos compartidos fue retomada en Cancún para evitar que siga creciendo el número de quejas por fraude en contra de estos prestadores de servicios.

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Miriam Cortés Franco, directora ejecutiva de la Asociación de Clubes Vacacionales de Quintana Roo (Acluvaq) explicó entonces que a nivel nacional hay alrededor de 2,500 quejas en contra de empresas que venden hospedajes a largo plazo. La asociación tiene como política atender de manera inmediata las quejas que llegan vía consulados, debido a que en su mayoría los tiempos compartidos son adquiridos por turistas extranjeros.

“Te puedo decir que de ese total unas 500 ya están resueltas; el resto son de empresas que no pertenecen a la industria organizada”.

La ley de tiempos compartidos de Quintana Roo fue la segunda a nivel nacional en México, después de la del estado de Guerrero en la materia. Desde 1992 en que fue creada sufrió varias modificaciones. “Hubo durante mucho tiempo lagunas legales que terminaron por impedir que se aplicara”.

Hace 35 años, relata Cortés Franco, había empresas que rentaban un salón en un hotel de Cancún, invitaban huéspedes para venderles hospedaje a largo plazo, pero cuando intentaban hacer uso del cuarto, resulta que ni la habitación ni el hotel existían. A partir de que se creó esa ley, disminuyeron drásticamente los fraudes, pero las lagunas legales impidieron que durante varios años se aplicara a cabalidad.

La última modificación fue en diciembre de 2012, cuando se incorporó a la ley dos puntos básicos: que los inmuebles estén afectados, es decir, registrados mediante notario público ante el Sistema de Tiempos Compartidos, así como ante el Registro Público de la Propiedad. El otro punto es la obligatoriedad del contrato de adhesión ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, que lo que busca es evitar el equilibrio de las cláusulas, así como contratos leoninos o cobros y términos abusivos en contra de quien adquiere un tiempo compartido. La ley incorpora estas medidas a través del Certificado de Establecimiento de Tiempo Compartido, al que desde el pasado 15 de septiembre están adheridos 15 desarrollos en Cancún, equivalentes a 12 mil cuartos que se comercializan en esta modalidad.

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