Cuando la necesidad de sentirse aceptado se convierte en una preocupación recurrente estamos ante un problema.
Ser conscientes de que no se puede gustar a todo el mundo y de que uno es tan válido como los demás puede ayudar a superarlo.
Es importante atreverse a ser uno mismo y actuar como se desea, aceptar y tolerar las críticas y aprender a expresar las propias opiniones.
¿Cómo superarlo?
- Tomar conciencia de que uno es tan válido como los demás y por lo tanto sus opiniones también son adecuadas. Es importante trabajar interiormenvte para recuperar y potenciar la autoestima, la autoconfianza y la seguridad personal.
- Admitir que no se puede gustar a todo el mundo ni estar de acuerdo con todos. Siempre habrá alguien que no comparta lo que uno decide o hace y siempre puede haber alguien a quien no le gustemos. Desear agradar a todos conlleva a un agotamiento y desgaste inútil e innecesario.
- Aceptar y tolerar las críticas con naturalidad. Valorarlas y aprender de ellas cuando sean constructivas y desecharlas en caso contrario, como algo ajeno a uno mismo.
- Aprender a discutir, a emitir opiniones y a negociar. Muchas veces detrás del miedo al qué dirán se esconde una falta de asertividad, una excesiva timidez o la carencia de otras habilidades sociales.
- Reflexionar sobre el motivo por el que hacemos determinadas cosas. Detectar qué cosas se están haciendo solamente con el objetivo de agradar a otra persona o cuáles de éstas se hacen porque es “lo que esperan los demás de uno”.
- Atreverse a ser uno mismo y actuar como se desea. Es importante tomar conciencia de que somos como somos y tenemos derecho a mostrarnos así. Cada persona es un ser único, irrepetible y especial y nadie tiene derecho a coartar esa libertad.
- Las personas suelen respetar y valorar más a otras cuando éstas son auténticas y coherentes con sus creencias y principios. No dudes en expresar lo que sientes y quieres.
(Redacción / GRUPO CANTÓN)