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Sube a 4 el número de muertos tras balacera

CANCÚN, Q. ROO.- “Ya es peligroso vivir aquí”, expresó hasta las lágrimas uno de los familiares del vendedor de chicles que se convirtió en una víctima inocente de los ataques a balazos cometidos casi de manera simultánea en los bares Xtabay y La Oficina, con un saldo que ascendió a cuatro muertos y un herido.

Narciso, de 30 años, sólo buscaba el sustento para su esposa y tres hijos pequeños, quienes viven en San Juan Chamula, Chiapas, y encontró la muerte en medio de una ráfaga de disparos realizados contra el bar Xtabay, donde acostumbraba vender sus productos, junto con un compañero que sufrió un rozón de bala.

Los otros tres muertos como consecuencia de los disparos contra el bar La Oficina, eran aparentemente clientes del lugar y fueron víctimas circunstanciales del ataque registrado poco antes de las 22:00 horas del martes.

Las ráfagas de un arma larga AR-15 dejaron una estela de dolor y angustia en este polo turístico, donde las investigaciones apuntan hacia un grupo del narcotráfico que busca apoderarse de la plaza a sangre y fuego, en una lucha contra otros cárteles de la droga, llevándose en medio a víctimas inocentes.

La estela de cuatro muertes que dejaron a su paso, provocó ayer la presencia de los familiares de los ahora occiso en los pasillos de la Vicefiscalía General del Estado, para identificar los cuerpos y solicitar la entrega de los mismos para los trámites funerarios.

Testimonio de dolor y rabia

“Voy a llevarme el cuerpo de mi primo y creo que no regresaré”, narró afligido uno más de los vendedores de chicles y dulces que trabajan en las calles de este polo turístico, quien acudió ayer a reclamar la entrega del cuerpo de Narciso, quien cayó abatido por las ráfagas de un arma larga frente al bar Xtabay, en la avenida Chac-Mool, en la Región 219.

Narciso tenía 10 años de vivir en Cancún, junto con otros familiares de San Juan Chamula, quienes envían el dinero que logran reunir a sus esposas que permanecen en su comunidad, cuidando a sus hijos.

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Era común verlo en los pasillos de la Vicefiscalía General del Estado, con su cajita de madera, siempre llena de dulces, chicles y cigarros. Por las noches acudía a diferentes bares para vender sus productos, pero poco antes de las 10 de la noche del martes, había poco movimiento de clientes en el bar Xtabay y decidió retirarse. Estaba preparando su bicicleta cuando surgieron los disparos que acabaron con su vida.

Su primo, de nombre David, relató que otro compañero de trabajo estaba con Narciso y no pudo percatarse de nada, sólo dice haber escuchado el estruendo de los disparos y éste recibió un rozón de bala cerca de la cintura.

“Ya es peligroso vivir aquí…pasan los sicarios y disparan”, dijo David, con los ojos enrojecidos al recordar a su primo, quien deja en la orfandad a tres menores en su comunidad. (Antonio Alcocer / QUINTANA ROO HOY)

Publicado por
Redacción Quintana Roo