Manuel Baeza / Grupo Cantón
Cancún.- En el marco de la campaña “México, al grito de selva”, activistas de Greenpeace México realizaron una protesta esta mañana frente a la delegación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en Cancún, exigiendo la suspensión de autorizaciones para la explotación de bancos de material pétreo en la selva maya.
Los manifestantes escalaron el edificio de la dependencia y desplegaron una manta con consignas, denunciando la reciente autorización otorgada a Cemex para deforestar y dinamitar cerca de 650 hectáreas de selva virgen en las inmediaciones de Tulum.
La acción también incluyó el volcado de material pétreo frente a la entrada de las oficinas, como símbolo de la devastación que, según los activistas, Semarnat está permitiendo a gran escala.
La protesta hace eco de la clausura en 2022 de Calica, filial de Vulcan Materials Company, que operó durante tres décadas en Playa del Carmen, dejando un impacto ambiental severo en una zona declarada área natural protegida en 2024.
Carlos Samayoa, coordinador de la campaña de Greenpeace, señaló que la autorización a Cemex, otorgada en diciembre de 2024, ignora los daños al Gran Acuífero Maya y la falta de consulta a comunidades indígenas, además de replicar un modelo extractivo similar al de Calica.
Los activistas advirtieron que estas actividades amenazan con agravar la deforestación en la región, donde ya se han perdido cerca de 10 mil hectáreas de selva debido al crecimiento inmobiliario descontrolado, el turismo masivo y megaproyectos como el Tren Maya.
Greenpeace México llamó a Semarnat a revisar y revocar los permisos que permiten la explotación de las llamadas “sascaberas” en la selva maya, destacando el riesgo de contaminación del acuífero y la pérdida irreversible de biodiversidad.
La organización subrayó que la protección de los ecosistemas de la región debe priorizarse sobre los intereses extractivos, exigiendo un modelo de desarrollo que respete el medio ambiente y los derechos de las comunidades locales. Esta protesta busca visibilizar la urgencia de actuar para preservar la selva maya y frenar la devastación ambiental en la Península de Yucatán.