Carlos Águila Arreola
GRUPO CANTÓN
CANCÚN. En el estado de Quintana Roo hay 137 mil 490 personas que padecen la diabetes mellitus, enfermedad metabólica crónica, que el año pasado fue la primera causa de muerte, de acuerdo con datos de los Servicios Estatales de Salud (Sesa), y uno de cada dos adultos que tiene ese mal lo desconoce; además, casi uno de cada tres es obeso.
Se trata del 7.4% de la población estatal diagnosticada con esa enfermedad crónica, una de las más graves y comunes de nuestro tiempo, que causa complicaciones potencialmente mortales, incapacitantes y costosas, además de reducir la esperanza de vida.
El martes, como cada 14 de noviembre, se celebró el Día Mundial de la Diabetes, y los Sesa alertaron que las personas con diabetes tienen más riesgo de enfermar gravemente y de morir por otras enfermedades como la ceguera, insuficiencia renal, infarto al miocardio, un accidente cerebrovascular, la amputación de miembros, la covid-19 y el cáncer.
Sesa se une a la Federación Internacional de la Diabetes (IDF, por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la mayor campaña internacional de sensibilización sobre diabetes en el mundo, cuyo tema central es “Educar para proteger el futuro”.
Del 13 al 17 de noviembre se iluminarán edificios gubernamentales en color azul en la estrategia “Haga brillar una luz por la diabetes”; campañas de detección; capacitación y actualización al personal de salud en prevención, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad y sus complicaciones.
En México, casi cuatro de cada 10 personas mayores de 15 años es obeso. Es el segundo país con mayor índice de las 38 naciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), seis puntos por debajo de Estados Unidos (42.8 por ciento).
Casi dos de cada 10 mexicanos sufren de diabetes mellitus tipo I y II, muy por encima de Estados Unidos, donde solo 10 por ciento de la población sobrelleva esta enfermedad.
La organización presentó un contundente informe que estudia el panorama de salud hasta el mes de octubre de 2023, y refleja que los mexicanos son los que más padecen de diabetes, enfermedad que afecta al 16.9 por ciento de la población.
México tiene una de las tasas más altas de obesidad de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): casi uno de cada tres adultos es obeso, lo que tiene serias consecuencias para la salud y la economía.
Esa cifra supone un aumento respecto a uno de cada cinco en 1996. Además, en la actualidad 34 por ciento de personas obesas sufren obesidad mórbida —el mayor grado. La infantil también está al alza, habiéndose duplicado de 7.5 por ciento en 1996, a 15 por ciento en 2016.
El sobrepeso reduce los resultados del mercado laboral en 2.4 millones de trabajadores a tiempo completo por año, y se prevé que con todas las enfermedades relacionadas representen 8.9 por ciento del gasto total en salud durante el periodo 2020-2050.
Y como resultado de la combinación de todos esos impactos, el sobrepeso reduce el producto interno bruto (PIB) de México en 5.3 por ciento debido a una menor productividad.
Se prevé que en los próximos 30 años habrá en México otros 25 millones adicionales de casos de enfermedades no transmisibles por sobrepeso. A medida que la salud de la población se resiente, también lo hace la esperanza de vida: los mexicanos viven en promedio 4.2 años menos debido al sobrepeso.
La OCDE añade que esas intervenciones representan una excelente inversión: por cada peso invertido, se logra un retorno de hasta seis en beneficios económicos. La reformulación de productos alimenticios podría suponer un ahorro de hasta dos mil millones de pesos anuales en gastos en salud.
En México, un paquete combinado —etiquetado de menús, prescripción médica de actividad física y programas de bienestar— ahorraría hasta 465 millones de pesos al año en costos sanitarios, y aumentaría la productividad laboral en una cuantía equivalente a 16 mil trabajadores de tiempo completo por año.