CANCÚN, Q. Roo.- En el último tramo del sexenio anterior, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ordenó a la Secretaría de la Gestión Pública de Quintana Roo iniciar un procedimiento administrativo sancionatorio en contra de ex funcionarios de la Secretaría estatal de Infraestructura y Transporte (Sintra), que por acción u omisión permitieron que el Auditorio del Bienestar –obra emblemática del ex gobernador Roberto Borge– se construyera sin dictámenes, permisos ni licencias correspondientes.
Ni durante la gestión del ex gobernador Roberto Borge Angulo ni en lo que va del actual gobierno de Carlos Joaquín González, se han atendido los procedimientos sugeridos por la ASF.
La magna obra de 224.7 millones de pesos introduciría a Cancún “en el circuito de los grandes conciertos y espectáculos internacionales”, según lo anunció en su momento el propio Borge Angulo; sin embargo, hoy no puede ser utilizada por evidentes fallas de planeación –señaladas por la propia ASF– como la falta de estacionamiento y climatización para las 12 mil personas que puede albergar el recinto.
El proyecto, objeto de las investigaciones, es un auditorio en el municipio de Benito Juárez con 8 mil gradas en tres niveles y 4 mil butacas en el área desmontable de la parte inferior del inmueble, a base de estructura de acero y concreto y fachadas de aluminio y cristal.
De las cuatro auditorías, se derivaron cinco observaciones, de éstas, tres fueron solventadas por la entidad fiscalizada, en este caso Sintra, mientras que las dos restantes derivaron en dos recomendaciones y dos promociones de responsabilidad administrativa sancionatoria.
Una de las dos observaciones no acreditadas por el gobierno de Quintana Roo tiene que ver con el hecho de que Sintra no acreditó contar con las licencias ni permisos de la obra, además de que tampoco tramitó la correspondiente Manifestación de Impacto Ambiental.
En ambos señalamientos el gobierno de Quintana Roo alegó que no tramitó la licencia de construcción por tratarse de una obra municipal, además de que tampoco tramitó la Manifestación de Impacto Ambiental porque el Auditorio del Bienestar se encuentra dentro de un predio previamente impactado que no requería tal permiso federal.
Pese a dichos argumentos, la ASF determinó que “no se comprobó ni fundamentó lo expuesto mediante la documentación emitida por autoridad competente que ratifique lo manifestado en este sentido”.
En la segunda observación, la ASF señala que el inmueble no cuenta con un área de estacionamiento, “no obstante que en el expediente único presentado por la entidad fiscalizada (Sintra) para la autorización de recursos, el proyecto incluye la construcción de un estacionamiento con capacidad de 4 mil vehículos y 20 autobuses.
“Por otra parte, se constató que, aun cuando la entidad fiscalizada manifestó que la obra fue concluida en marzo de 2015, al mes de agosto del mismo año no se encontraba operando ni se había efectuado la entrega a la instancia correspondiente, lo que ha generado un gasto extraordinario del área ejecutora en el mantenimiento del inmueble y, por consiguiente, ha incidido negativamente en el cumplimiento de los objetivos para los cuales fue construido el auditorio”.
Ya desde antes de que concluyera la gestión de Roberto Borge, comenzaron las suspicacias respecto de por qué una obra de tal magnitud presentaba un retraso en su inauguración, además de que se trataba de uno de los supuestos legados del borgismo para la industria turística del Caribe mexicano.
La obra fue inaugurada el 14 de septiembre de 2016, apenas dos semanas antes de que concluyera el gobierno de Borge Angulo. Desde entonces, el gobierno entrante de Carlos Joaquín no le ha encontrado una utilidad. (Jesús Vázquez / QUINTANA ROO HOY)