CANCÚN, Q. Roo.- Mientras en todos los estados del país, incluyendo algunos municipios de Quintana Roo, se concentraron en prohibir la venta de pirotécnica por considerarla peligrosa, no obstante se mantiene los permisos para la comercialización de globos de Cantoya, los cuales son incluso sinónimo de cárcel para quien los utilice debido a su peligrosidad.
En Cancún se puede apreciar en varias esquinas de la ciudad, la venta de estos productos sin la menor preocupación, siendo que entidades como Guerrero, en específico Acapulco, Estado de México, Veracruz, entre otras, está prohibida la venta de globos Cantoya, elaborados con papel y que se eleva gracias al material de gasolina blanca y fuego que lleva en su interior.
Estos artefactos han sido señalados de ser los responsables de al menos once incendios en zonas de reserva forestal durante las festividades de fin de año.
Los precios varían desde los 35 pesos hasta los 80, dependiendo de su tamaño, originalidad y lugar de elaboración, ya que basta comentar que muchos de estos artefactos son chinos.
Es una tradición adoptada por varios países de Latinoamérica, entre ellas México, Argentina o Perú.
No obstante, desde hace algunos años, en naciones como Brasil, Venezuela, Colombia, entre otros, están totalmente prohibidos y esta práctica es considerada un delito por las autoridades competentes.
El globo de Cantoya consta de un mechero de papel absorbente y parafina, aunque hay quienes utilizan estopa y gasolina blanca, los cuales que van encendidos dentro del globo para generar aire caliente y hacer que el mismo se eleve formando un espectáculo bello en el cielo.
Pese que la combustión es lenta, total y sin brasa; es preciso mencionar que la estructura que sostiene el mechero está por lo general hecha de alambre, el cual, al tener contacto con redes eléctricas puede en ocasiones provocar cortocircuitos al momento de quemarse y caer.
Los globos se deben manipular solo en condiciones favorables de viento y en zonas libres de obstáculos y con ciertos criterios de seguridad. (Rocío Villalobos / QUINTANA ROO HOY)