Jesús Vázquez
CANCÚN, Q. Roo
Lejos de estar beneficiando a la industria turística del Caribe mexicano, la depreciación del peso frente al dólar ha desplomado en 26.9% el gasto promedio del visitante estadounidense, porque está atrayendo a cada vez más viajeros de menor poder adquisitivo, según revela el Estudio Turista presentado por la firma Marketing Consultants (MKT).
Mientras al primer trimestre de 2015 un grupo promedio de 2.7 integrantes derramaba al visitar Cancún 2,969 dólares aproximadamente, en el mismo periodo de 2016 ese gasto se cayó hasta los 2,382 dólares, lo cual representa una contracción de 24.6%.
El gasto en servicios complementarios al hotel también se ha desplomado en 26.9% al pasar de 448 dólares en los primeros meses de 2015 hasta los 353 billetes verdes en 2016.
El estudio financiado con recursos de la Oficina de Visitantes y Convenciones (OVC) de Cancún revela que la tendencia no es nueva, pues desde hace 5 años se registra un cambio en el perfil del viajero que visita Cancún, sin embargo, el desplome en el gasto promedio del visitante estadounidense se ha pronunciado sobre todo en los primeros cinco meses de 2016 con una caída del 23.1%, lo cual no se registraba desde la crisis de 2008-2009, en que el gasto se situó en los 350 dólares.
Esta coyuntura de la paridad monetaria también está coincidiendo con una desaceleración de la economía estadounidense que está derivando en un alza de la desconfianza y restricción en el consumo del ciudadano norteamericano, es decir, una contracción en el gasto que se está viendo claramente reflejada en las estadísticas de gasto en Cancún, explicó.
Actualmente, 29.6% de los estadounidenses que visitan Cancún tienen ingresos promedio menores a los 25,000 dólares anuales; 28.6% perciben hasta 49,900, mientras que 26.8% ganan hasta 75,000 billetes verdes al año. Sólo 8.6% percibe 150,000 dólares o más, según las más de 1,200 encuestas a turistas estadounidenses aplicadas en el aeropuerto internacional de Cancún.
En el caso de Los Cabos, hasta 30% de los turistas que captan son considerados de alto poder adquisitivo, con ingresos arriba de los 150,000 dólares al año, aunque Cancún recibe un volumen siete veces más de turistas que lo que captan Los Cabos, dijo.
En términos del valor de la actividad económica tasada en dólares, durante los primeros 5 meses del año, ésta ha disminuido su valor en 157 millones de dólares menos respecto del mismo periodo del año pasado, con una baja más pronunciada en las tarifas aéreas, las cuales entre enero y mayo de 2015 se cotizaban en 694 dólares contra los 581 que se cotizaron durante los primeros 5 meses de este año.
Jaime Herranz Monedero, responsable del área de estadística de MKT, dijo que los números son contundentes y confirman lo que desde hace años han señalado consultoras internacionales como la neoyorquina Álvarez & Marshall, la cual califica a Cancún como un destino comodity, sin una diferenciación cualitativa respecto de cualquier otro destino predominantemente “all inclusive”, al que se le elige por asequibilidad de precio, más que por sus bellezas naturales.
El analista explica que una de las hipótesis que podrían explicar la caída en el gasto promedio del visitante es precisamente la fortaleza del dólar, que hoy permite al visitante estadounidense adquirir más con la misma cantidad de dólares que gastaba apenas un año atrás.
Ello podría explicar en parte por qué apenas 33.9% de los turistas que han visitado Cancún a mayo de este año han asistido a un restaurante fuera de su hotel; tampoco explica por qué sólo 21.1% de esos turistas acuden a centros nocturnos, o que sólo 41.9% salen a comprar a plazas comerciales de la zona hotelera de Cancún.
Herranz Monedero explicó que la culpa de esta situación ya no puede atribuirse en 100% al todo incluido, pues actualmente, 65% del turismo que visita Cancún adquiere su habitación en ese esquema, el cual ha dejado de crecer e incluso se mantiene en los mismos niveles desde hace ya algún tiempo.
Una de las hipótesis que explican el estancamiento del gasto del turista en servicios complementarios a los hoteles es la falsa de diversidad y calidad en la oferta para el turista; es decir, todas las plazas comerciales
ofrecen lo mismo al viajero, no hay diversidad de producto y ello no alienta al turista a dejar la comodidad de su hotel. “Los problemas del destino apuntan más a un descenso en la cantidad y calidad de la oferta de servicios fuera del hotel. Esto es lo que parece ser el mayor impedimento para atraer turistas con mayor nivel de ingreso con capacidad de gasto”, señaló el analista.