Patricia Argonza / GRUPO CANTÓN
CANCÚN.- Desde el pasado mes de febrero autoridades de Quintana Roo, se han dado a la tarea de reforzar las campañas de descacharrización y fumigación para tratar de evitar la proliferación del mosquito Aedes aegypti transmisor del dengue, chikungunya y la fiebre amarilla, entre otras enfermedades.
Y es que tan solo en el mes de marzo de este 2024, Quintana Roo ocupaba el tercer lugar nacional en número de casos de dengue y cuarto lugar por tasa de incidencia; pese a estos datos, no se registraron pérdidas de vidas por esta causa, de acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave).
Hasta la semana epidemiológica 11, que abarcó del 12 al 18 de marzo, la entidad acumuló 651 casos confirmados. De estos, 287 corresponden a Dengue no Grave (DNG) y 364 a Dengue con Señales de Alarma y Dengue Grave (DCSA+DG).
Las estadísticas también revelaron que el DNG se presenta en menores de edad y el rango más afectado es de los 10 a los 14 años. A este, le siguen adolescentes y jóvenes de 15 a 19 años y en tercer puesto los de 20 a 24 años.
En tanto, el GCSA+DG tiene mayor incidencia de 15 a 19 años y después los de rango de 5 a 9 años. En comparación con el mismo periodo del año anterior, sí se ha notado una disminución en el número de casos de Dengue no Grave, pues en la semana 11 del 2023, el estado registró 455.
En el mismo periodo de 2024 fueron 287, pero en la enfermedad con signos de alarma, la cifra se dispara pues en 2023 se contabilizaron 253 y este año, 344.
Fumigaciones y descacharrización buscan combatir el mosquito Aedes aegypti.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), existen 3 manifestaciones diferentes de la enfermedad, que son:
Síntomas
Los síntomas del dengue, conocido comúnmente como “trancazo” o “fiebre quebrantahuesos”, aparecen después de un periodo de 4 a 7 días. Se presentan como:
Fiebre
Náuseas
En casos graves:
Riesgos
En casos graves, el dengue puede complicarse convirtiéndose en dengue hemorrágico, cuando se presentan sangrados tanto internos como externos. En shock hemorrágico, cuando la sangre no fluye a los órganos principales del cuerpo, lo que puede causar la muerte.