CANCÚN, Quintana Roo.– Debido al trabajo que realizan los delfinarios en Quintana Roo en materia de educación ambiental y la cooperación para atender mamíferos marinos y otras especies, así como la derrama económica y de empleo que generan, el secretario de Ecología y Medio Ambiente en el estado, Alfredo Arellano Guillermo, se manifestó a favor de la existencia de los mismos, destacando que el Congreso es quien decidirá en última instancia el destino de estas atracciones.
Sin embargo, activistas lamentaron las declaraciones del secretario estatal, señalando que existen otras posibilidades para lograr erradicar la explotación animal a que son sometidos los delfines en cautiverio, como comentó en entrevista Jessica González Castro, coordinadora de “Delfines en libertad”.
Hay que recordar que, en abril pasado, los diputados federales aprobaron y remitieron al Senado las reformas a la Ley General de Vida Silvestre para prohibir la presentación de mamíferos marinos en espectáculos fijos o itinerantes bajo la premisa de evitar el cautiverio y la crueldad. La medida sería paulatina y se concretaría en los próximos 50 años. Está pendiente su votación en el pleno.
Asimismo, la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México aprobó reformas para la prohibición de delfinarios, así como la utilización de mamíferos marinos de cualquier especie en actividades de exhibición, manejo, adiestramiento, entretenimiento, terapia y de investigación científica.
IMPORTANTE ACTIVIDAD
En el país existen 31 delfinarios autorizados por el gobierno mexicano para operar, los cuales cuentan con 270 ejemplares. La mitad de ellos están en Quintana Roo, que cuenta con 16 delfinarios distribuidos en Isla Mujeres, Cancún, la Riviera Maya y Mahahual.
“Nosotros en Quintana Roo estamos trabajando y entendemos que los delfinarios, si bien puede criticarse el sentido ético del tener especies en cautiverio, también hay que reconocer que hay un trabajo importante en términos de educación ambiental, en términos de cooperación para atender mamíferos marinos y otras especies a través de la capacidad instalada en los propios delfinarios con los veterinarios que participan activamente en la protección de la vida silvestre”, señaló el secretario Arellano Guillermo.
Al momento, la legislación permite el cautiverio de las especies y a decir de Arellano Guillermo, la derrama económica que representan hoy en día los delfinarios es un punto a favor en este polémico tema.
En 2016, los turistas de Cancún y la Riviera Maya realizaron alrededor de 600 mil nados con delfines. Considerando una derrama media de 3 mil pesos por nado, ya que además del espectáculo en sí, hay que sumar ingresos por fotografía, souvenirs y alimentos y bebidas, la derrama que generan los delfinarios en Cancún y la Riviera Maya asciende a más de 2 mil millones de pesos anuales.
De los alrededor de 200 delfines que hay en Quintana Roo, 60% de ellos han nacido en cautiverio y proporcionan empleo a dos mil 500 personas.
PROHIBICIÓN
El martes pasado, en el dictamen de reformas a la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos y la de Protección a los Animales de la Ciudad de México, aprobado por el Pleno de la Asamblea Legislativa de la capital mexicana se acordó la prohibición de la utilización de delfines en espectáculos públicos y privados, además de que no podrán ser empleados como tratamiento para las personas, además se aprobaron multas desde los 113 mil pesos hasta los 300 mil 960 pesos para quienes sigan utilizando a estos mamíferos marinos.
El presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, Javier López, dijo en el caso de la prohibición de la ‘delfinoterapia’, argumentó que la restricción se da porque no existe evidencia científica de que estos animales ayuden como tratamiento efectivo a las personas.
OTRO GIRO
Ambientalistas como Jessica González Castro, coordinadora de “Delfines en libertad”, aseguran que lo que buscan las organizaciones prodelfines es que “se dejen de reproducir a los delfines en cautiverio y que esta última generación que queda, puedan estar tranquilos, sin realizar trucos para la gente, sin realizar nados para la gente que también es un riesgo para las personas que nadan con los delfines y que posteriormente se pueda reintegrar a su hábitat a los animales que todavía tengan una oportunidad”.
Señaló la importancia de seguir el ejemplo de otros países que han prohibido definitivamente esta actividad y expresado la necesidad de tener otro enfoque que no implique actos de explotación animal.
“Lo que se puede hacer es que los delfinarios cambien su giro, sabemos que son empresas millonarias, que podrían hacerlo, es cuestión de tiempo que el cambio suceda, tenemos que ponernos en algún momento a la par de los otros países donde ya se están prohibiendo este tipo de actividades”, manifestó.
“Cada día más agencias de viajes, cada día más compañías rechazan las actividades en las cuales los animales salvajes se ven involucrados en explotación animal, quiere decir que este movimiento va creciendo y el público en algún momento va a dejar de asistir”, continuó.
Respecto al supuesto aporte que los delfinarios proyectan sobre conservación y educación ambiental, la activista señaló que, si realmente existiera un interés por la conservación de las especies marinas, los delfinarios estarían haciendo campañas en contra del uso del plástico que contamina y mata a los animales marinos en libertad.
Comentó también que la ayuda que prestan es cuando se trata de varamientos, pero que las campañas que han emprendido son de resultados nulos, como la de la vaquita marina que llevaron a cabo distintos delfinarios en el país, que no solucionó problemas de fondo ni propuso alternativas para terminar con la explotación animal que diariamente practican en sus negocios. (Gerardo González / QUINTANA ROO HOY)