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Caos, en módicas mensualidades

Jazmín Ramos
CANCÚN, Q. Roo

Música a todo volumen, peleas, niños que lloran, basura en las escaleras, filtraciones de agua y malos olores, suelen ser algunos de los tantos inconvenientes que enfrentan quienes viven en un régimen condominal, y a esto se le suma el abusivo que por estar cerca de las áreas comunes se apropia de ellas.

El hecho de vivir en conjuntos residenciales o en edificios departamentales implica una convivencia estrecha con los vecinos y en muchas ocasiones esta relación no se da en los mejores términos, pues suele haber disputas o desacuerdos que provocan rupturas que culminan en diferencias irreconciliables.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en Benito Juárez se tiene el registro de 190 mil viviendas ocupadas de la cuales el 35% se encuentran bajo este régimen y la tendencia de la construcción de casas nuevas gira en esa modelo, pues genera mayores utilidades a las inmobiliarias, dado que invierten poco en la tenencia de la tierra y construyen en serie.

Al respecto, el sociólogo Esteban Flores Ruiz, mencionó que esta modalidad de vivienda en donde se limita el espacio no es propicio para un desarrollo armónico de la familia, pues vivir en condómino o en un régimen de casas dúplex implica tener un espacio limitado, máxime si son casas de interés social, las cuales no superan los 65 metros cuadrados de construcción.

A esto se le suma que para vivir en este régimen es necesario conocer el concepto de comunidad y de moral, pues donde se tiene una convivencia estrecha con personas que no se conocen, suelen surgir diferentes opiniones, las cuales pueden terminar en conflictos.

“Lamentablemente esta es la tendencia, se construye en serie y a estos problemas no escapan quienes se van con la idea de comprar ‘una casa sola’, pues generalmente estas comparten pared y no tienen los metros de frente que dicta la Ley de Vivienda, por lo tanto ocasionan una especie de hacinamiento”.

Refirió que, vivir en este tipo de régimen requiere de tolerancia y la responsabilidad de todos, pero lamentablemente no se tiene esa cultura, por lo tanto cuando existe determinada colectividad hay diferentes opiniones que no siempre son ecuánimes.

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Señaló que un buen condominio dependerá de un trabajo en conjunto y de los compromisos de todos, de tal suerte que es necesario conformar comités de vecinos que vigilen y elaboren un reglamento que permita sobrellevar la convivencia.

Compra emocional

Por su parte, el especialista en venta de viviendas, Jesús Hernández Arista, dijo que todos los inconvenientes de vivir en un régimen condominal no se toman en cuenta a la hora de comprar una propiedad, más bien los clientes se dejan llevar por el plus que les ofrecen las inmobiliarias.

“Las constructoras generalmente recrean un ambiente de bienestar en los proyectos de vivienda condominales a través de las áreas de comunes, como son las zonas de convivencia, parques, albercas, palapas para eventos sociales y canchas deportivas, pero no explican a detalle que esto tendrá un costo de mantenimiento”.

Añadió que tampoco especifican los inconvenientes de vivir en estrecha relación con los vecinos, pues la palabra condómino significa propiedad común, lo que implica que a fin de mantener la armonía de la comunidad todos deben participar, y en el tema del mantenimiento deben pagar una cuota mensual que a la larga genera un dolor de cabeza para quien lo administra.

Por ello, en zonas condominales es común ver sendos letreros en las entradas de los edificios, en lo que se exhibe a los morosos y como castigo se les impide el uso de las áreas comunes, situación que genera conflictos.

Asimismo, el vivir en un condominio implica también tolerar los hábitos de los vecinos, pues hay quienes sacan al patio las cosas que ya no le son útiles, dejan la basura en la puerta de la casa, tienen mascotas, escuchan música a todo volumen o socializan constantemente, sin importar si se afecta a terceros, de ahí la importancia de que antes de comprar se analice los pros y los contras de adquirir una propiedad bajo estas características.

Conflictos vecinales

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De acuerdo al Centro de Comunicación, Cómputo y Comando (C4), se registra 8 llamadas diarias por ruidos de parte de vecinos, así como peleas y agresiones, mientras que la Dirección de Ecología, acumula cinco quejas por día derivado de problemas vecinales relacionados con el inapropiado manejo de los desechos o cuidado de las mascotas.

Al respecto, en la regiduría de Participación Ciudadana, mencionaron que los inquilinos de un régimen condominal deben acatar las disposiciones de la Ley de Vivienda, pero no se cumple, lo que genera roces entre los vecinos, los cuales han llegado hasta los golpes y con personas detenidas.

Indicaron que cuando se trata de un hecho violento y que altere el orden público interviene la Dirección de Seguridad Pública, es decir, se remite una patrulla para que vigile la queja y en la mayoría de los casos hay detenidos.

Publicado por
Redacción Quintana Roo