Redacción
CANCÚN, Q. Roo.
Al cumplir 30 años de ser decretada Área Natural Protegida, la Reserva de la Biosfera Sian Ka´an se ha convertido en uno de los principales reservorios de carbono del país, además de ser Patrimonio de la Humanidad.
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) destacó la singular belleza de esa reserva, así como su potencial ambiental, sumado al hecho de que se trata de uno de los casos de éxito en la conservación de ecosistemas.
En un comunicado reveló que lo anterior ha sido posible gracias al trabajo conjunto entre los tres niveles de gobierno, instituciones académicas, organismos internacionales y la sociedad civil.
Como resultado de ese esfuerzo se ha logrado conservar los nueve ecosistemas que existen en esa área, entre ellas selva, humedales, manglares y arrecifes de corales, además de impulsar proyectos con las comunidades que habitan en ellas.
La reserva, ubicada en Quintana Roo, tiene una superficie de 528 mil 148 hectáreas y junto con el Área de Protección de Flora y Fauna Uaymil y la Reserva de la Biosfera Arrecifes de Sian Ka’an conforman el Complejo Sian Ka´an, con un área de 652 mil 192.97 hectáreas y comparten un solo programa de manejo.
Actualmente Sian Ka´an es hogar del jaguar, el tapir, el manatí y el pecarí; cuenta con un sistema de ríos subterráneos de agua dulce que interconectan los cenotes y los petenes (islas de selva entre las marismas). Es único en la Península de Yucatán y el mundo, sin duda, el más importante capital natural de la reserva.
La Conanp destacó entre los logros la implementación de estrategias de conservación que comprenden la vigilancia, monitoreo biológico, atención a contingencias ambientales, regulación del uso del suelo, y aprovechamiento sustentable de recursos naturales.
Entre las acciones están el programa de erradicación de especies exóticas como la casuarina (Casuarina equisetifolia) o “pino de mar”, especie invasora que no deja crecer vegetación nativa y causa la erosión en zona costera.
Otra especie exótica es el pez león (Pterois spp), considerada una amenaza par las poblaciones de peces nativos, por lo que se ha brindado capacitación y elaborado estrategias para su control y manejo.
La Conanp trabaja actualmente en el desarrollo del turismo para las comunidades locales, logrando la diversificación de las actividades productivas de las poblaciones al interior de la reserva y en su zona de influencia.
Por otra parte, las cooperativas pesqueras que operan dentro de Sian Ka’an son consideradas a nivel nacional e internacional modelos de organización local y de pesca responsable, de ahí que estén certificadas por el Marine Stewardship Council, debido a las prácticas sustentables en la captura de langosta espinosa.
Sian Ka’an contiene nueve ecosistemas, tres hábitats acuáticos, 120 kilómetros del Sistema Arrecifal Mesoamericano, que incluye a cuatro países: Honduras, Guatemala, Belice y México.
Trabajan en la conservación de arrecifes
En la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales de la UNAM en Puerto Morelos, Quintana Roo, la doctora en biología marina, Anastazia Banaszak, desarrolla desde 2007 una estrategia para proteger y restaurar la correlación de fertilidad y producción entre los animales coloniales y los arrecifes.
Una investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), realiza un proyecto que busca preservar la relación fértil entre los corales y los arrecifes.
En la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales de la UNAM en Puerto Morelos, Quintana Roo, la doctora en biología marina, Anastazia Banaszak, desarrolla desde 2007 una estrategia para proteger y restaurar la correlación de fertilidad y producción entre los animales coloniales y los arrecifes.
El proyecto inició con la captura de gametos de corales en el mar, los cuales son fertilizados en el laboratorio, después se regresan a su hábitat para un adecuado desarrollo natural en las estructuras calcáreas, detalló la investigadora en un comunicado de la UNAM.
“Se captura en el mar células sexuales (gametos) de corales para fertilizarlas y cultivar a esos pequeños animales invertebrados en viveros especializados para luego regresarlos al mar, en donde crecen y se reproducen en los arrecifes las estructuras calcáreas en las que viven de manera natural”, explicó la científica.