PATRICIA ARGONZA / Grupo Cantón

Cancún. – La devastación ambiental provocada por las obras del Tren Maya en el tramo 5 sur y el proyecto del Puente Nichupté en Cancún está generando una preocupación creciente entre los ambientalistas y la comunidad en general. La confirmación por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) sobre la contaminación de cenotes debido a la derrama de cemento en el tramo 5 sur es solo la punta del iceberg de los daños ecológicos que se están produciendo.

El hincado de pilotes para evitar colapsos en el tramo mencionado está contaminando varias cuevas del acuífero Maya, lo que representa un golpe significativo para este frágil ecosistema.

El informe presentado en el marco del juicio de amparo 1003/2022 por el grupo de ambientalistas “Selvame del Tren” confirma esta lamentable realidad.

Por otro lado, el proyecto del Puente Nichupté sobre la laguna del mismo nombre en Cancún también está siendo objeto de críticas por parte de los ecologistas. El grupo ecologista del Mayab ha presentado un amparo contra esta construcción, argumentando la afectación a la reserva de manglares y la liberación de sustancias tóxicas en la zona.

Las afectaciones a la reserva manglares de Nichupté son alarmantes, con incumplimientos de medidas preventivas y de mitigación, desmonte y relleno de manglares, fragmentación del ecosistema e interrupción del flujo hidrológico hacia los humedales. Además, la deficiente colocación de cortinas o mallas durante las actividades de perforación y excavación de los pilotes ha provocado un grave levantamiento del fondo limoso de la laguna y la dispersión de sedimentos.

En resumen, ambos proyectos están teniendo un impacto devastador en el medio ambiente de Quintana Roo, poniendo en peligro la biodiversidad y la salud de los ecosistemas locales. Es crucial que se tomen medidas urgentes para detener estos daños y buscar alternativas más sostenibles que respeten y protejan el entorno natural de la región.