Canadá insistió en que todavía hay opciones de salvar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) tras las conversaciones de este miércoles con Estados Unidos, y dijo que las partes volverán a reunirse más tarde en el día.
Pero hay pocas señales de que ambos países estén cerca de alcanzar un acuerdo. Canadá quiere una exención permanente a los aranceles al aluminio y el acero y que desaparezcan las amenazas de tarifas a los autos.
“Seguimos trabajando duro”, dijo la canciller canadiense, Chrystia Freeland, a periodistas tras una reunión en Washington con el representante comercial estadounidense, Robert Lighthizer. “Hay buena voluntad de las partes”.
Pero poco después, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostuvo que su país debe alcanzar un acuerdo comercial justo con Canadá.
Trump, que cerró la semana pasada un acuerdo lateral con México, el tercer integrante del TLCAN, aseguró que está dispuesto a imponer aranceles a los automóviles procedentes de Canadá o excluir directamente al país del pacto.
El mandatario argumenta que el acuerdo de 1994 -que comprende 1.2 billones de dólares de comercio anual- provocó que cientos de miles de trabajos manufactureros abandonaran Estados Unidos.
El gobierno de Trump, que presiona en favor de una pronta firma del acuerdo, quiere eliminar un mecanismo de resolución de disputas que el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, considera crucial.
Las dos partes, que no lograron aparcar sus diferencias la semana pasada, están discutiendo también sobre las exigencias estadounidenses de un mayor acceso al cerrado mercado lácteo canadiense.
Trump notificó al Congreso que su intención es firmar el acuerdo a fines de noviembre y funcionarios dijeron que el texto será publicado en torno al 1 de octubre.
No obstante, funcionarios canadienses, que destacaron la creciente presión política sobre Trump por parte de círculos empresariales y laborales estadounidenses para mantener el TLCAN como un pacto a tres bandas, aseguraron que no tienen prisa.