LOS ÁNGELES.
Los fuertes vientos durante la noche del martes y la madrugada del miércoles en California avivaron los dos grandes incendios que se han prolongado por casi una semana en este estado de la costa oeste de Estados Unidos.
La intensidad de los vientos, que alcanzaron su punto máximo a casi 100 km/h, disminuyeron al despuntar la mañana, pero el servicio meteorológico estadounidense (NWS) extendió la alerta roja hasta el miércoles a las 16H00 locales a la región del norte de San Francisco.
En esa zona, el incendio llamado ‘Kincade’ ya ha devorado más de 30 mil hectáreas de la región vinícola del condado de Sonoma.
“Los vientos pueden haber disminuido en intensidad, pero no se dejen engañar, todavía son bastante fuertes combinados con una humedad muy baja (de solo el 9% en la costa)”, advirtió el NWS.
Más de 4 mil 500 bomberos seguían luchando el miércoles contra el ‘Kincade’, mientras que muchas escuelas en el condado de Sonoma cerraron hasta el viernes.
Los equipos de rescate estiman que no podrán detener la progresión de las llamas antes del 7 de noviembre, y que el incendio tardará semanas en extinguirse por completo.
Más al sur, en Los Ángeles, un gran incendio forestal ha forzado desde el lunes la evacuación preventiva de los barrios elegantes cerca del famoso Museo Getty en las colinas que dominan la metrópoli.
Los riesgos de incendio eran “extremadamente críticos” debido al aumento de los vientos durante el día, la muy baja humedad y la sequedad de la vegetación.
A las 06H00 hora local, las ráfagas más fuertes se calcularon a más de 100 km/h en las colinas de Santa Clarita, al norte de Los Ángeles.
El incendio quemó casi mil 900 hectáreas, pero estaba contenido en un 94% el miércoles por la mañana, según los bomberos.
Todo California fue puesto el domingo en estado de emergencia por su gobernador Gavin Newsom.
Decenas de miles de personas ya se han visto obligadas a abandonar sus hogares, y se registraron grandes cortes de energía.