Un número récord de mujeres conquistaron un escaño en el Congreso en las elecciones de Estados Unidos, azuzadas por su antipatía por Donald Trump y envalentonadas por el movimiento #MeToo, lo cual torna al Partido Demócrata más diverso y joven que nunca.
Los resultados aún están llegando, pero ya se sabe que al menos 123 mujeres fueron electas, un récord de al menos 100 para la Cámara de Representantes, o sea 15 más que el anterior récord de 85, y 23 en el Senado, la misma cifra que antes, según el Centro para la Mujer Estadounidense y la Política de la Universidad de Rutgers (CAWP).
“Cuantos más estadounidenses voten, más se parecerán nuestros líderes electos a Estados Unidos”, dijo el expresidente Barack Obama, alabando el número récord de mujeres, un alza de los legisladores que pertenecen a minorías y una participación récord de votantes en los comicios.
La vasta mayoría de las mujeres recién electas son demócratas. Incluyen a veteranas de guerra, a una ex agente de la CIA, a una maestra que creció con una madre adicta a las drogas, a una ex mesera de restaurante y a decenas de candidatas novatas.
Muchas se lanzaron a la política indignadas por el triunfo de Trump ante Hillary Clinton, considerada muchas veces como la candidata presidencial más calificada de la historia, pese a las acusaciones contra el magnate inmobiliario de comportamiento sexual indebido y de que se jactó de que podía agarrar a la mujer que quisiese “por el coño”.
Muchas están en shock por lo que consideran abusos del gobierno de Trump: intentos para limitar la cobertura de salud, restringir el derecho al aborto, separar a familias inmigrantes en la frontera o amenazar las protecciones ambientales.
Cortesía: Informador MX