ESPAÑA.- La intervención estaba siendo retransmitida por pantalla grande en un congreso de cardiología en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Y, ante la atenta mirada de 150 especialistas coronarios, el paciente sobre el que se estaba mostrando cómo se implanta una válvula aórtica a través de un catéter -sin necesidad de cirugía-, murió en directo. Paradojas de la medicina.
Algunos medios se han hecho eco del suceso, ocurrido hace dos días, por lo insólito del escenario en el que se produjo. Pero tal y como admite a EL MUNDO César Morís, director del área del corazón del hospital y codirector del curso, “es más llamativo el eco que el hecho en sí. Que estuviera siendo televisado llama la atención, pero no es tan inusual”.
Este experto, que lamenta mucho lo que pasó, “porque siempre es doloroso perder una vida”, explica que “no es raro que muera alguien en un evento de este tipo” y que “no es la primera vez que ocurre”, porque “son pacientes muy complejos, de edad muy avanzada y que, debido a su delicado estado, no pueden someterse a una cirugía tradicional”.
En este caso el hombre tenía 86 años y “se le ocluyó la coronaria. No fue la propia técnica la que provocó el problema. Era un coágulo que estaba y se movió durante la intervención. Son cosas que pasan”, reconoce Morís.
Según informa La Nueva España, en cuanto se complicó la situación la emisión fue interrumpida. Morís cuenta por teléfono a este diario, desde una escala en Abu Dhabi camino de Riad, donde precisamente ha sido invitado para enseñar a poner válvulas en dos hospitales, que “todo el mundo en el auditorio reaccionó muy bien, porque, al fin y al cabo, la muerte forma parte de nuestro día a día”. También indica que la familia había sido informada de los posibles riesgos, “puesto que la mortalidad de esta técnica suele rondar el 5% o 6%”, y “lo entendieron como si hubiera sido en privado. Dieron las gracias al personal sanitario por haber hecho todo lo posible”.
Los cursos de actualización son habituales en especialidades como ésta, indica el doctor Morís, que añade que “muchas veces se incluyen ejemplos en directo”. El curso del HUCA era sobre implantación de válvula aórtica transcatéter, una técnica que está creciendo y en la que el Central de Asturias es pionero. “Hasta ahora se hacía cirugía para cambiar la válvula. Pero desde hace unos años ha explotado la técnica menos intervencionista. Lo que ocurre es que los candidatos para este procedimiento son los que tienen mayor riesgo para la cirugía. Son mayores de 80 años y esto complica todo”, dice Morís.
Durante el congreso “presentamos ocho casos en directo, todos muy complejos, con características diferentes. Es lo que hacemos a diario, pero ahí lo compartíamos con otros colegas. Nosotros trabajamos con el corazón y cualquier complicación que surja es grave. Es inherente a la profesión. Puede haber percances. Una situación que parece controlada de repente se convierte en una urgencia”, admite el experto, que confiesa que “lo que me angustió muchísimo fue si me volvía a pasar al día siguiente. Todavía quedaban tres pacientes. Afortunadamente no ocurrió nada y los otros siete participantes han mejorado mucho”. (Fuente: El mundo)
