La Casa Blanca bajó su bandera a media asta el lunes por la tarde tras una lluvia de críticas por finalizar el tributo al fallecido senador John McCain solo un día después de su muerte.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se negó a comentar sobre McCain durante los eventos celebrados el lunes en la Casa Blanca, donde las banderas ondearon a toda asta durante la mayor parte del día, lo que contrastó con los honores que recibió el difunto senador en Washington y en todo el país.
Las banderas se mantuvieron a media asta el lunes en la Explanada Nacional, alrededor del monumento a Washington y en el Capitolio para honrar a McCain, quien criticó con frecuencia a Trump. Por otro lado, en la Casa Blanca las banderas se bajaron la noche del sábado y se volvieron a subir el domingo, el plazo mínimo según la ley.
El lunes, Trump ignoró los cuestionamientos de la prensa sobre McCain y ni siquiera miró a un periodista que le preguntó si el senador era un héroe.
La comandante nacional de la Legión Estadounidense, Denise Rohan, envió una carta a Trump en la que le pide a nombre de los “2 millones de veteranos de guerra” de la organización que baje las banderas hasta el funeral de McCain para honrar a “un héroe estadounidense”. Gobernadores en al menos nueve estados – Alaska, Arizona, Connecticut, Iowa, Louisiana, Montana, New Hampshire, Nueva York, Pensilvania – ordenaron izar banderas a media asta durante el periodo.
Un ayudante de congresista del Partido Republicano aseguró anónimamente que en la mañana del lunes, su oficina recibió muchas llamadas de votantes enojados. El funeral de McCain está programado para el domingo en la Academia Naval de EU en Annapolis, Maryland.
Los presidentes a menudo decretan bajar banderas desde el día en que un senador en funciones muere hasta su funeral. El expresidente Barack Obama emitió una orden en casos como los de los difuntos senadores Daniel Inouye de Hawái, Robert Byrd de West Virginia, Arlen Specter de Pensilvania y Edward Kennedy de Massachusetts.
El aparente desaire de Trump es una señal de su continuo desdén por McCain, a quien comenzó a criticar el verano de 2015 al declarar que “no era un héroe de guerra” por pasar cinco años siendo torturado en una prisión vietnamita y negarse a recibir privilegios porque su padre era un destacado líder militar. “Me gustan aquellos que no fueron capturados“, comentó Trump hace tres años.
Desde entonces, Trump rehusó cambiar de tono y se enfrentó a McCain por diversos temas políticos. El mandatario se quejó reiteradamente en público sobre el voto final de McCain en el Senado el verano pasado, que bloqueó la derogación de la Ley de Atención Médica Asequible.
El único comentario público de Trump sobre el excandidato presidencial y senador republicano, que ejerció durante seis períodos, fue un breve tuit horas después de su muerte el sábado, en el cual envió condolencias a su familia. El Washington Post informó la noche del domingo que Trump rechazó emitir una declaración alabando la vida y el heroísmo de McCain.
Si Trump hubiera publicado una declaración en honor al senador, “los medios lo criticarían, dirían que no se condice con otras cosas que dijo en el pasado y se convertiría en una noticia sobre el presidente”, afirmó el lunes a CNN el exdirector de asuntos legislativos de la Casa Blanca Marc Short.
“Creo que en realidad el presidente fue respetuoso al darle espacio y distancia a la situación y permitir que la familia tenga la oportunidad de celebrar la vida de John McCain”.
Al ser contactada, la Casa Blanca declinó formular comentarios sobre el tema.