CIUDAD DE MÉXICO.– “Primero lo apedrearon, luego uno de ellos se lio a patadas con él”, explica el zoólogo Jan Vašák al diario Prague Morning.
Antes de que el grupo de niños lo atacara, el flamenco fallecido había vivido 16 años, había tenido 8 hijos, había sobrevivido a las inundaciones masivas del año 2002 en Praga y había sido transferido al zoo de Jihlava, una pequeña ciudad 128 km de la capital. La agresión fue tan brutal que el ave acabó por desangrarse hasta morir después de agonizar con una pata rota y varias arterias seccionadas.
Los niños, de 5, 6 y 8 años se colaron en el zoo y treparon la valla para alcanzar el área de los flamencos. A continuación, procedieron a atacar a la bandada de 60 aves lanzándoles palos y piedras. Además del fallecido, otro ejemplar herido se está recuperando de lesiones que, afortunadamente, no ponen en riesgo su vida.
Los chicos huyeron en cuanto los encargados del zoo se acercaron al escuchar “ruidos inusuales”, pero por suerte uno de ellos llevaba una camiseta amarilla y fue muy fácil identificarlos gracias a las grabaciones de seguridad.
“Llamamos inmediatamente a la policía”, explicó Vašák. “Nos las arreglamos para pillar a dos de los chicos, pero el tercero escapó”. Los niños fueron puestos en custodia policial, pero se negaron a hablar con los investigadores. A pesar de que se trataba de una ofensa criminal, no podían ser castigados debido a su corta edad. Aunque es posible que sus padres tengan que pagar al zoo 2000 euros para compensarles por los daños materiales.
Martin Maláč, portavoz del zoo, cuestionó ante la prensa local por qué los niños no estaban en el colegio teniendo en cuenta la hora del día que era y declaró que ninguno de ellos ha expresado ningún tipo de remordimiento por lo que hicieron.
¿Alguien necesita alguna prueba más de que los zoos lo único en lo que realmente educan es en confirmarle a la gente que tiene poder sobre los animales? (Fuente: Campeche Hoy)