Javier A. Cervantes / Grupo Cantón
China,— En julio de 2025, fue arrestado Jiao Moumou, un hombre de 38 años conocido en internet como Sister Hong o “Tío Rojo”, luego de que se descubriera que se hacía pasar por mujer para atraer a hombres heterosexuales y grabar encuentros sexuales sin su consentimiento.
Este caso ha generado una fuerte indignación pública y un amplio debate en redes sociales y comunidades LGBT alrededor del mundo.
Jiao Moumou creó una identidad femenina a través del uso de pelucas, maquillaje, filtros digitales y moduladores de voz, haciéndose pasar por una mujer madura y divorciada interesada en relaciones casuales.
Con esta identidad, logró atraer a más de 1,600 hombres a encuentros íntimos en su departamento en Nanjing.
Durante estos encuentros, instalaba cámaras ocultas para grabar sin el conocimiento ni consentimiento de las víctimas, acumulando más de 1,000 videos explícitos que luego distribuyó en plataformas como Weibo, Telegram, Reddit y X (antes Twitter).
Jiao enfrenta cargos por distribución de material obsceno, violación a la privacidad y posible transmisión de enfermedades de transmisión sexual (ETS).
Se ha reportado que al menos 700 hombres resultaron positivos al VIH tras los encuentros, aunque aún no se ha confirmado si Jiao es portador del virus.
En respuesta, las autoridades locales han ofrecido pruebas médicas gratuitas a quienes hayan estado en contacto con él.
El caso se volvió viral y generó una ola de memes, parodias y hasta tutoriales de moda basados en la imagen de Sister Hong, fenómeno que ha suscitado críticas por trivializar un delito grave y por no centrarse en la protección de las víctimas.
En el ámbito internacional, especialmente en México, la comunidad LGBT ha expresado preocupación por la posible difusión de prejuicios transfóbicos, aclarando que Jiao Moumou es un hombre cisgénero que usó una identidad falsa para delinquir, no una persona transgénero.
El escándalo de Sister Hong pone en evidencia la vulnerabilidad que enfrentan las personas en la era digital, la necesidad de reforzar las leyes de privacidad y consentimiento, y la importancia de promover una cultura de respeto y responsabilidad en internet.