CIUDAD DE MÉXICO.- “Niños rata” es un término despectivo que se emplea entre jugadores de videojuegos, principalmente hacia los menores de edad, pero este apodo más allá del desprecio revela una adicción que es peligrosa para el joven o niño que la padece.
Más que hablar de “niños rata” se debe hablar de personas que muestran claros síntomas de un comportamiento nocivo que debe tratarse y atenderse.
En los últimos años, la presencia de este grupo adicto a los videojuegos es más común debido al acceso que se tiene a los mismos a través de las redes, a la ausencia de los padres en casa, a la carencia de límites respecto al tiempo que se les permite jugar, y a dificultades que tienen para relacionarse socialmente.
En entrevista, la especialista en psiquiatría infantil del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Mayra Hernández Chávez, señaló que para identificar a un niño con problemas ocasionados por el exceso de tiempo jugando videojuegos, es importante observar su relación con los juegos de video y las interacciones sociales que tiene.
La experta, quien enfatizó en no referirse a estos jóvenes como “niños rata”, se refirió a ellos como personas que presentan síntomas de adicción por pasar cerca o más de ocho horas al día jugando en alguna consola o en línea.
Otros síntomas son el no tener capacidad para dejar de jugar, necesidad de conectarse a los videojuegos, tener estrés que sólo se alivia reactivando los juegos, bajas calificaciones y afectaciones en el desempeño social.
Lo anterior porque prefieren estar encerrados jugando, que salir a convivir con los amigos o la familia; no hacen tareas por jugar y se duermen en clase, además hay complicaciones físicas como ojos secos o dolores de cabeza.
La especialista advirtió del crecimiento de esta adicción: en México, en 2016 se reportaba que 59.1 millones de personas era jugador de algún tipo de videojuego, en 2017 la estadística aumentó a 68.7 millones de personas.
Compartió también que en una encuesta que se aplicó en una escuela primaria de Tabasco en 2015, 90 por ciento de los alumnos dijo jugar a videojuegos, 64 por ciento lo hace de una a tres horas diarias y nueve por ciento juega de siete a nueve horas diarias. Esto, agregó, es muy preocupante.
En tanto, el investigador en videojuegos en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Ángel Garfias, afirmó que, entre las características de los niños con problemas de acción a los videojuegos, se encuentra poca tolerancia a la frustración y, por tanto, intolerancia, además de obsesión por conseguir todo lo que sea posible en el juego.
“Estos jóvenes se obsesionan mucho por conseguir lo que sea, uno de los juegos que más acostumbran es Minecraft, que no tiene historia, no tienen fin y se la pasan construyendo de manera obsesiva además tienen poca tolerancia a la frustración, al grado de que cuando es un juego competitivo llegan a irritarse y son muy poco tolerantes cuando llegan a perder”, dijo.
Señaló que el concepto de “niño rata” no es el más apropiado para designar a los infantes que pasan tantas horas encerrados en casa jugando videojuegos, ya que ese concepto es muy negativo.
“No es un concepto muy apropiado, es inclusive despectivo hacia los jugadores que son niños, tienen una edad muy corta y pasan muchas horas jugando, el concepto tiene una carga muy despectiva por lo que no es correcto utilizarlo. El concepto sale debido a que se refiere a niños que se la pasan en casa jugando en la tableta, en los juegos, pasan muchas horas ahí pegados y es un caso de adicción”.
La recomendación de ambos especialistas respecto al cuidado de los niños, es ponerles límites sobre el tiempo que pasan expuestos a los videojuegos y que los padres supervisen los contenidos, ya que en muchas ocasiones los menores de edad acceden a títulos que no son aptos para ellos.
“Es responsabilidad del padre, el acceso lo tienen a partir del padre que les facilita los juegos o no los supervisa, entonces los juegos tienen clasificación, tienen rango de edad”, indicó José Ángel Garfias.
Información de Excélsior.