El portavoz confirmó a los medios hebreos que se está investigando las causas del accidente, en concreto si la explosión fue el resultado de las minas colocadas por las propias tropas.
El incidente se produjo el centro de la Franja, cerca de la comunidad fronteriza de Kissufim, donde el Ejército anunció que las tropas estaban destruyendo estructuras de los islamistas de Hamas, a fin de crear un perímetro de seguridad que “permitiera a los residentes de las comunidades fronterizas israelíes regresar a sus hogares”.
El primer ministro israelí, Benajamín Netanyahu, confesó que “ayer fue uno de los días más difíciles desde el inicio de la guerra”, según un comunicado en hebreo, y empatizó con el dolor de las familias de los “heroicos guerreros”.
“Sé que para estas familias sus vidas cambiarán para siempre”, expresó el mandatario.
El presidente israelí, Isaac Herzog, lamentó hoy en la red X la muerte de los combatientes, en un mensaje de condolencias en hebreo en el que dijo que “cada vez más nombres de nuestros mejores hijos se añaden a las lápidas de los héroes”.
“Las intensas batallas tienen lugar en un espacio extremadamente desafiante, y enviamos fuerza a los soldados y las fuerzas de seguridad, que están trabajando con infinita determinación para lograr los objetivos de los combates”, indicó.
Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró que “nuestros corazones están con las queridas familias en esto momentos más difíciles”, pero en un mensaje belicista en la red social X instó a continuar la guerra.
“Esta es una guerra que determinará el futuro de Israel durante las próximas décadas: la caída de los soldados nos obliga a alcanzar los objetivos de la lucha”, añadió Gallant.
El Ejército de Defensa israelí ha revelado de momento la identidad de 17 de los soldados caídos y notificado al resto de familias, por lo que la identidad de los otros cuatro se dará a conocer en las próximas horas.
El número total de bajas en las filas israelíes asciende a 219 con los fallecidos de ayer desde el inicio de la ofensiva terrestre, a lo que hay que sumar unos 330 contando los soldados muertos durante el brutal ataque de Hamas el 7 de octubre en suelo israelí.