El kwashiorkor, una de las formas más extremas de desnutrición, afecta a más de 100 mil niños al año en todo el mundo y, sin embargo, la comunidad científica no le ha prestado suficiente atención.
La razón es que el niño afectado se ve saludable para el ojo inexperto, lo que dificulta su estudio y seguimiento.
Como resultado de esta situación, los investigadores han intentado recientemente aumentar su reconocimiento mediante la realización de un estudio global de más de 1.7 millones de niños, pero un nuevo estudio publicado en ‘Food and Nutrition Bulletin’ reveló que el kwashiorkor puede ser un fenómeno local que está subestimado por las estadísticas nacionales.
El estudio concluye que el análisis de datos a gran escala global conlleva riesgos peligrosos ya que, por un lado, las crisis de salud como el kwashiorkor en aldeas particulares pueden pasar desapercibidas y los efectos reales de las intervenciones de salud pueden subestimarse.
Además, advierte de que las intervenciones mal dirigidas pueden dar lugar a una cobertura deficiente, eficacia y rentabilidad y los investigadores pueden perder información útil sobre las causas de una enfermedad como el kwashiorkor.