Tres miembros del Congreso de EE.UU. han exigido explicaciones a Washington después de que un nuevo libro haya sacado a la luz cómo el Gobierno estadounidense llevó a cabo durante la Guerra Fría supuestos experimentos con radiación en civiles, incluidos niños, mujeres embarazadas y miembros de minorías étnicas, informa AP.
En el libro titulado ‘Behind the Fog: How the U.S. Cold War Radiological Weapons Program Exposed Innocent Americans’ (‘Tras la neblina: Cómo el programa de armas radiológicas afectó a estadounidenses inocentes’), Lisa Martino-Taylor, una profesora asociada de sociología en la Universidad Comunitaria de San Lui, sugiere que el programa de armas radiológicas era una prioridad para la Casa Blanca en aquel momento.
Las pruebas se habrían llevado a cabo en varios lugares a lo largo de Estados Unidos e incluso en Inglaterra y Canadá, donde, supuestamente, personas desprevenidas fueron sometidas a sustancias potencialmente peligrosas a través de rociadura, ingestión e inyecciones.
“Apuntaban contra los más vulnerables de la sociedad en la mayoría de los casos”, ha declarado Martino-Taylor, citada por AP. “Apuntaban contra los niños, las mujeres embarazadas en Nashville, las personas enfermas en los hospitales, los pupilos del Estado y las poblaciones minoritarias”, afirma.
La experta reconoce que se desconocen las consecuencias para la salud que supuso ese programa y que el rastreo de causas específicas de enfermedades como el cáncer resulta difícil. Los tres congresistas demócratas que representan a los estados donde se realizaron las pruebas —William Lacy Clay de Missouri, Brad Sherman de California y Jim Cooper de Tennessee— aseguran estar indignados por las revelaciones.
Tras analizar documentos previamente inéditos, incluidos registros del Ejército, Martino-Taylor descubrió que un pequeño grupo de investigadores, con la ayuda de instituciones académicas, trabajó para desarrollar armas radiológicas y, más tarde, “armas mixtas” usando sustancias radiactivas junto con armas químicas o biológicas.
Su libro, que fue publicado en agosto, continúa su tesis de 2012, según la cual el Gobierno llevó a cabo pruebas secretas con zinc y sulfuro de cadmio en una zona pobre de San Luis en las décadas de 1950 y 1960.
(FUENTE/ACTUALIDAD)