Con información de agencia EFE
En México, la Península de Yucatán concentra la mayor población de flamencos. Desde hace 17 años desde las Reservas de la Biosfera Ría Lagartos y Ría Celestún se desarrolla un intenso y sostenido programa de estudio y manejo sobre los hábitats críticos para su supervivencia.
Conanp desarrolla un proyecto integral de conservación que tuvo su último capítulo este año, el 28 de agosto, con el anillamiento de 407 polluelos de flamenco rosa del Caribe.
“El análisis de los patrones de registro de anillos permite recopilar información acerca de su distribución a lo largo de ese territorio y ayuda a definir áreas prioritarias para su supervivencia, conservación y restauración; estimar parámetros poblacionales y determinar movimientos migratorios”, explica Del Mazo.
Los objetivos principales del programa son asegurar la disponibilidad de lugares de anidación, reforzar las condiciones de protección de las zonas de alimentación y conocer con precisión la demografía de la población de este pájaro en la Península de Yucatán.
Entre otros trabajos se elabora un expediente con su ficha técnica, tras tomarles una muestra de sangre, pesarlos y liberarlos.
Otro de las finalidades es garantizar que ambos tipos de espacios estén provistos de fuentes de agua dulce proveniente de manantiales y promover la importancia de proteger esta especie entre los pobladores de la costa de ese territorio. Gracias a su gran belleza, esta ave es un emblema para la conservación de un ecosistema.
De acuerdo con los informes de los censos aéreos de la Conanp, en 2014 se registraron 50.000 ejemplares en la Península de Yucatán, más del doble que hace 17 años. Su conservación ha logrado conjuntar la participación de todos los sectores, federal, estatal, municipal, academia, ONGs y pobladores en general.
El flamenco rosa del Caribe se encuentra en la categoría de especie amenazada según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de la que depende la Conanp, y podría llegar a encontrarse en peligro de desaparecer a corto o mediano plazo, si permanecen los factores que inciden negativamente en su viabilidad.
Del Mazo indica que se ha comprobado que una de las formas más efectivas para orientar las acciones de conservación en los litorales y zonas de humedales “es aquella que pueda incidir en el ánimo de los habitantes de las comunidades hacia conductas amigables con el ambiente”.
En este sentido, además del anillamiento, se realiza el Festival del Flamenco, que durante una semana incluye actividades educativas para formar a la población sobre estas aves y su importancia para la comunidad, con la integración del sector académico.
También hay programas de subsidio dirigidos a los pobladores y proyectos de rehabilitación de los sitios de reproducción y abrevaderos.
En los programas de conservación se ha integrado este 2015 ”el monitoreo de la calidad de agua”, que “arrojará información valiosa para generar decisiones en materia de restauración, si es necesario, y conservación de manantiales”, puntualiza el titular de Conanp.
Con toda la información recabada se pretende elaborar un plan directriz de manejo de esta especie, “y posicionar a México como el país líder en el manejo y conservación del flamenco rosado”, concluye del Mazo.
Una de las aves más grandes y más bellas del mundo
México posee una riqueza natural y animal inigualable. Es el tercer país con mayor biodiversidad del planeta, con aproximadamente el 12% de las especies que existen. Ocupa el primer puesto en cuanto a variedad de reptiles y anfibios; el decimoprimero en volumen de especies de aves y el cuarto en plantas vasculares.
En las Reservas de la Biósfera Río Lagartos y Ría Celestún, en la Península de Yucatán, y en la de Los Petenes, en Campeche, todas en el sureste del país, podemos encontrar una de las aves más grandes del mundo, el flamenco rosa del Caribe.
Río Lagartos, zona de reproducción
En la zona en que colindan los estados de Campeche y Yucatán, en la franja costera del Golfo de México, una gran variedad de especies migratorias acampan para alimentarse, descansar y reproducirse.
Aún cuando los flamencos están presentes en la mayor parte de los humedales costeros de la península, “es solamente en la Reserva de la Biosfera Ría Lagartos, donde se concentra toda la población para reproducirse”, explica Del Mazo.
Los flamencos se asocian y trabajan juntos para conseguir objetivos comunes, actividades que son realizadas en grandes números cuya “principal ventaja es la seguridad que el grupo les da”, matiza.
La actividad reproductiva puede comenzar al sexto año de vida. Son monógamos y, en el cortejo prenupcial, se agrupan.