España, una de las grandes potencias turísticas mundiales, dio este lunes un primer paso hacia la recuperación de los visitantes internacionales tras la pandemia de coronavirus con la llegada de dos vuelos con turistas alemanes a la isla mediterránea de Mallorca.
Estos dos vuelos forman parte de un programa piloto del operador TUI para determinar la seguridad -tanto para los turistas como para el lugar de destino- y los operadoras turísticos eligieron Mallorca (en el archipiélago español de Baleares) debido a la importante tradición de visitantes alemanes en esa isla.
Los viajeros de este plan piloto no deberán pasar cuarentena y tendrán libertad de movimientos, pero deberán someterse a controles de salud.
“Todo el mundo estaba feliz en el avión”, declaró a la prensa un turista del primer vuelo en la salida de pasajeros del aeropuerto de Palma, que se identificó por el apellido de Kersten.
Este turista, que posee una vivienda en Mallorca, se mostró “tranquilo” sobre su salud porque sabe que en la isla la situación sanitaria es similar a la de su país.
La mayoría de los llegados hoy se alojarán en un hotel de la isla especialmente acondicionado para albergar de forma segura a los turistas, que fueron recibidos con aplausos por los trabajadores.
“Estamos muy, muy ilusionados”, afirmó a Efe Sergio Navarro, director del hotel, el Riu Concordia, quien resaltó el “arduo trabajo” realizado en la creación e implementación de protocolos de seguridad, como la instalación de cámaras termográficas o una limpieza “muy rigurosa”.
En esta primera semana, los vuelos incluidos en este plan piloto son siete (seis en Mallorca y uno en Ibiza), en los que viajarán unos 1.500 pasajeros.
Otros dos turoperadores alemanes, DER Touristik y Schauinsland-Reisen, participan también en este plan piloto, aunque por el momento solo con expertos o personal propio -y no con turistas-, que revisarán las medidas adoptadas para garantizar la seguridad de los visitantes.
El objetivo del plan es evaluar el funcionamiento de los protocolos de seguridad en hoteles y aeropuertos, así como el seguimiento de los viajeros.
Los turistas tienen que cumplimentar un cuestionario de salud, someterse a un control de temperatura a la llegada y facilitar su teléfono para que los servicios públicos sanitarios de estas islas españolas puedan hacer un seguimiento de su estado.
En caso de detectarse algún positivo de COVID-19, los enfermos asintomáticos o con síntomas leves serán trasladados a apartamentos contratados por el gobierno regional balear y, en caso de ser necesario, ingresados en hospitales públicos.
Las personas de su entorno inmediato también serán sometidas a control para evitar la propagación de posibles brotes.
Además, como toda la población residente, los turistas extranjeros deberán llevar puesta una mascarilla obligatoriamente en todos los lugares públicos o abiertos al público cuando se sea imposible mantener una distancia interpersonal mínima de 1,5 metros para evitar el contagio.
El lanzamiento de este plan en las islas Baleares es muy simbólico, ya que los turistas alemanes son tradicionalmente muy numerosos en este archipiélago e incluso muchos ciudadanos de ese país son dueños de residencias de vacaciones en esa región.
Pero, sobre todo, la reanudación de las llegadas de turistas extranjeros es de una importancia clave para España, el segundo país del mundo en recepción de visitantes, con 83,7 millones de turistas en 2019.
El turismo es el primer sector de la economía del país, pues representa algo más del 12 % de su producto interno bruto (PIB).
Antes del estallido de la pandemia daba trabajo en España a 2,45 millones de personas, el 12,7 % de todos los empleos del país.
Pero todo este sector colapsó con la pandemia de coronavirus, los cierres de fronteras y de hoteles.
El Gobierno español presentará el próximo jueves un plan estratégico para la recuperación turística, uno de los motores de la economía nacional.
Este tímido inicio de la reapertura turística se produce pocos días antes de que el próximo lunes 22 España reabra sus fronteras con los países europeos del espacio Schengen, con excepción del vecino Portugal.
El inicio, aunque todavía tímido y limitado, de la llegada de los turistas extranjeros forma parte de la normalización social y económica española tras el duro confinamiento establecido por el Ejecutivo a mediados de marzo pasado para frenar la pandemia.
La región de Galicia (noroeste) salió hoy del estado de alarma, decretado el 14 de marzo en todo el país, y en torno al 75 por ciento de la población está ya en la fase de medidas más tenues de control de movimientos y actividades sociales.
Por otra parte, hoy se anunció que la Feria Internacional de Turismo 2021 (FITUR), uno de los principales eventos mundiales del sector, se celebrará en Madrid 20 al 24 de enero, como un reencuentro clave para la recuperación de la industria turística global tras la pandemia por la COVID-19.