Agencias
CIUDAD DE MÉXICO
Una mujer de 49 años se convirtió en la primera persona portadora de una bacteria resistente a la colistina, un antibiótico de último recurso para las peores infecciones, que desarrolla una enfermedad.
Según explicaron investigadores del Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en Bethesda, Maryland, EU, la paciente sufría una infección de orina causada por una versión de la bacteria E. coli con una mutación del gen mcr-1 que le hacía inmune al fármaco.
“Nos arriesgamos a vivir en un mundo sin antibióticos (que funcionen)”, señaló Thomas Frieden, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés), en un evento en el National Press Club en Washington.
“Esto nos demuestra que no estamos muy lejos del fin de los antibióticos, que podemos estar en una situación en la que tengamos pacientes en las unidades de cuidados intensivos, o pacientes con infecciones urinarias para los que no tengamos este tipo de medicamentos”, explicó Frieden citado por The Washington Post.
Esta mutación se había detectado por primera vez en China en cerdos y en algunas personas, y desde entonces había aparecido en países de todo el mundo.
Los científicos, que publicaron sus resultados en la revista de la Sociedad Americana de Microbiología Antimicrobial Agents and Chemotherapy, consideran que este descubrimiento anuncia el advenimiento de bacterias realmente resistentes a todos los antibióticos.
No obstante, otros expertos matizaron que aunque este tipo de patógenos son preocupantes, no son catastróficos porque la colistina es sólo uno de varios antibióticos que rara vez se emplean.
“Es malo, pero no es apocalíptico”, decía hace unas semanas Makoto Jones, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Utah en Salt Lake City.
Enfrentadas a la presión de los antibióticos, las bacterias cambian para sobrevivir.
Cuanto más se emplean este tipo de fármacos, tanto para tratar a humanos como para hacer crecer a animales de granja, es más probable que los microorganismos desarrollen resistencias.
Eso ha hecho que antibióticos como la colistina, una sustancia muy tóxica que solo se empleaba en caso de necesidad extrema, haya pasado a utilizarse con mayor frecuencia y que las bacterias, finalmente, hayan mutado hasta lograr hacerle frente.
Este tipo de superbacterias resistentes vuelve a llamar la atención sobre la necesidad de utilizar los antibióticos de un modo más racional, tanto en el tratamiento de personas como en su uso en animales.