Cuba rechazó y condenó las declaraciones “alarmantes, injerencistas e inaceptables” sobre Venezuela y la propia isla realizadas por el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, durante su gira por varios países de América Latina y el Caribe.
Una declaración del Ministerio cubano de Relaciones Exteriores (Minrex) publicada en el diario estatal Granma alerta sobre la “gravedad” del mensaje de “arrogancia y desprecio” trasmitido por Tillerson en sus declaraciones y considera que “instigan abiertamente al derrocamiento, por cualquier vía” del Gobierno de Venezuela.
El jefe de la diplomacia estadounidense inició la semana pasada una gira latinoamericana que tiene entre sus objetivos recabar apoyos para aumentar la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro y antes de la cual señaló a Venezuela y a Cuba como los países que “ignoran el momento democrático en Latinoamérica”.
La nota oficial afirma también que los pronunciamientos del alto funcionario estadounidense buscan “socavar el repudio unánime” de la región al retroceso en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba y al endurecimiento del embargo económico contra Cuba la isla, una política con la que a juicio de La Habana tratan de doblegar al país caribeño.
La Cancillería cubana sostiene que las declaraciones de Tillerson se “ajustan claramente a los esquemas de cambio de régimen”, y que llegó tan lejos como sugerir que el presidente venezolano Nicolás Maduro debería abandonar su puesto de jefe de Estado “democráticamente electo por una indiscutible mayoría de votos”.
Además, considera “obvio y lamentable” que ni el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ni su Secretario de Estado conocen a América Latina y al Caribe.
“El nuestro ha sido un continente sometido al dominio humillante de Estados Unidos, interesado solo en extraer sus recursos en una relación desigual. Pero nuestra América ha despertado y ya no será tan fácil doblegarla”, asegura el texto del Minrex.
La nota tilda también de “irrespetuosas” las referencias a ambos países que incluyó Trump en su reciente discurso sobre el Estado de la Unión.
Las tensiones de Cuba y Venezuela, estrechos aliados políticos y económicos, con la administración Trump se han elevado en las últimas semanas, después de que el presidente de Estados Unidos llamara “dictaduras” a los gobiernos de Caracas y La Habana.
Tras su llegada al poder, el mandatario ha frenado el proceso de deshielo con Cuba iniciado por su antecesor, Barack Obama.
En los últimos meses Washington ha endurecido las sanciones económicas contra la isla y evacuó a la mayor parte del personal de la embajada de Estados Unidos en La Habana tras unos supuestos ataques sufridos por sus diplomáticos en el país caribeño, unos incidentes que aún se investigan y de los que Cuba dice no saber nada.