Emily Foreman, de 21 años, sufrió toda una pesadilla cuando detectó que tenía un pequeño granitodetrás de su oreja, el cual resultó tumor cancerígeno.
La joven, que es educadora en New Plymouth, Nueva Zelanda, no le dio importancia a la pequeña protuberancia, sin embargo, con el paso del tiempo esta empezó a crecer.
Asustada acudió al médico, donde le dijeron que el granito en realidad era un “carcinoma indiferenciado de células grandes”, es decir, un tumor maligno que se forma en las células superficiales de las primeras capas de piel.
En su cuenta personal de Facebook, Emily relató que tuvo que ser sometida a una cirugía, en la que le retiraron los ganglios de la glándula salival y tejido de su cuello; aparte de que debido a la operación un lado de su rostro quedó paralizado.
No obstante, el cáncer regresó, pero en esta ocasión en los pulmones; así que sometió a un tratamiento de inmunoterapia.
Esta nueva medida, explicó, servirá para que su sistema inmunológico localice y ataque el cáncer, aunque esto no la curará, si evitará que sus lesiones crezcan.
“Esto lo cambió todo (…) Debido a que las lesiones eran tan pequeñas y diseminadas en ambos pulmones, la cirugía no era una opción. Tampoco pudimos hacer radiación, ya que esto dañaría demasiado mis pulmones.
El tratamiento de Emily es costoso, por lo que la joven lo financia a través de las donaciones que recibe en Give a Little.
Cortesía: Grupo Fórmula