* Destaca Sheinbaum la importancia de participar en el Simulacro Nacional
* Aborda sismos, migrantes y rendición de cuentas
* Asegura que el expresidente Ernesto Zedillo no tiene autoridad moral
Juan R. Hernández / GRUPO CANTÓN
Ciudad de México.- Tras dos días de pausa por las fiestas patrias, la llamada Mañanera del Pueblo regresó con aires de resaca festiva y con reporteros que llegaron dispuestos a todo para ganar el micrófono. La sala estaba cargada de energía: entre preguntas sobre sismos, inseguridad, remesas y hasta el próximo visitante ilustre –el Primer Ministro de Canadá–, la conferencia tomó un tono vibrante, casi como si fuera un eco del propio Grito de Independencia.
La presidenta Claudia Sheinbaum aprovechó para subrayar avances en Protección Civil, justo a días del 40 aniversario del terremoto de 1985. Habló del Simulacro Nacional 2025, que pondrá a prueba al país con hipótesis de sismos, huracanes e incluso tsunamis. La jefa del Ejecutivo se mostró enfática: “Los sismos no se pueden predecir, por eso la alerta en celulares es clave”. Una declaración que sonó más a advertencia de madre protectora que a discurso institucional.
Pero el momento más simbólico vino cuando retomó el eco de la noche del Grito. Allí, Sheinbaum había reivindicado a las heroínas olvidadas de la Independencia: Gertrudis Bocanegra, Leona Vicario, Manuela Molina. “¿Qué significa para una niña escuchar solo nombres de hombres?”, lanzó, cuestionando la narrativa histórica machista que durante siglos las relegó a pie de página. Ahora, las nombró con nombre y apellido, como si al hacerlo les devolviera un lugar en la plaza pública.
Hubo espacio también para lo práctico: la tarjeta FINABIEN, con la que los migrantes podrán enviar dólares a casa con la comisión más baja del mercado; o la gira de rendición de cuentas que llevará a la presidenta de Guerrero a Yucatán en un fin de semana maratónico. Y, claro, no faltó la polémica: Sheinbaum arremetió contra Ernesto Zedillo, recordándole rescates bancarios y pactos políticos que, en su visión, lo despojan de autoridad moral.
La conferencia se movió como un caleidoscopio: de la visita de Mark Carney y los temas del T-MEC, a los elogios a la autocrítica del almirante Morales Ángeles en la Marina. Entre tanto, un periodista insistía que la crisis en Sinaloa es solo “percepción”, mientras otro pedía más detalles de los simulacros.
Al final, la sensación fue la de una mañana que combinó lo solemne con lo cotidiano: de las heroínas rescatadas de la sombra de la historia, al recordatorio de tener lista la mochila de emergencia. Una mañanera que, como el país mismo, se mueve entre la memoria, la crítica y la esperanza.