Agregaron tanquetas militares, pintar de negro el muro para elevar la temperatura de las barras de metal y hacer más difícil su escalada.
REDACCIÓN / GRUPO CANTÓN
CANCÚN.- El Gobierno de Estados Unidos reforzó la frontera con México mediante alambradas de navajas, tanquetas militares, pintura negra en el muro y la construcción de un segundo muro en la zona de Jerónimo-Santa Teresa, Nuevo México. Activistas y organizaciones religiosas califican estas acciones de “inhumanas” y “crueles”, advirtiendo que no detendrán la migración, pero sí harán el cruce irregular más peligroso.
El párroco Javier Calvillo Salazar y el pastor Juan Fierro García, responsables de albergues en Ciudad Juárez, coinciden en que estas medidas representan un retroceso humanitario. Señalan que los muros y reforzamientos solo incrementan los riesgos para migrantes, especialmente niños y mujeres, sin frenar la intención de cruzar hacia Estados Unidos.
Desde enero, la Administración del presidente Donald Trump ha arrestado a más de 300,000 inmigrantes indocumentados y redoblado la política antiinmigratoria, reforzando la labor de ICE y promoviendo deportaciones masivas. Los refugios locales han visto un drástico descenso en su ocupación, reflejando la incertidumbre y el temor de los migrantes ante las nuevas políticas.