Agencias
CIUDAD DE MÉXICO.
El papa Francisco obsequió al presidente de México, Enrique Peña Nieto, un mosaico que representa la imagen de la Virgen de Guadalupe, obra de artistas de El Vaticano.
Durante la visita de cortesía realizada por el Pontífice en el Palacio Nacional, de esta ciudad, y tras un coloquio privado en el Estudio Presidencial, ubicado en el tercer piso del edificio, tuvo lugar el intercambio de regalos.
Según informó la sede de la Iglesia católica, el mosaico compuesto por miles de pequeños vidrios colorados, quiso igualar lo mejor posible la tonalidad de la tilma original que se conserva en la Basílica de la Ciudad de México.
Los esmaltes polícromos fueron aplicados con estuco oleoso sobre una base metálica. El estuco a base de lino y polvo de mármol tiene la misma composición de aquel que era utilizado en siglos pasados y que servía para aplicar los mosaicos en la Basílica de San Pedro.
En la realización de la obra se usaron la técnica de los esmaltes cortados y la técnica de los esmaltes hilados, ambas características distintivas de las producciones del Estudio del Mosaico Vaticano.
Con esta última técnica, inventada en la segunda mitad del Siglo XVIII, todas las diversas tonalidades de color se obtienen mezclando los esmaltes de vidrio a muy elevadas temperaturas.
Las estrellas del manto de la Virgen de Guadalupe, colocadas sobre un fondo azul, fueron realizadas con un material especial en el cual una finísima lámina de oro de 24 quilates ha sido sellada entre dos estratos de vidrio que la protegen.