CIUDAD DE MÉXICO.- Carlos Santamaría Díaz, el niño de 13 años que estudia en la Facultad de Ciencias de la UNAM, y que sufrió discriminación, aseguró que no tiene ningún rencor contra los profesores que lo molestaron.
Acompañado de sus dos aliados más importantes, su padre Fabián Santa María y su madre Arcelia Díaz, el pequeño aseguró que, aunque no le gusta mucho practica el triatlón.
“Si me gusta, lo hago por salud, le voy agarrando el gusto porque también lo hago con otros niños”, destacó Carlos.
Con una mirada tierna, Carlos recuerda como pasaba momentos divertidos junto a su mamá. “A veces me ponía a jugar con mi mamá y de repente se quedaba dormida”.
Su padre, rememoró una anécdota de Carlitos en el kínder.
“La profesora no dejó de hablar más que de un niño que agarraba la goma y se la pasaba jugando todo el tiempo y yo me preguntaba quién será el niño de la goma, después me enteré que el niño de la goma era Carlos”, detalló Fabián Santamaría, padre de Carlos.
A pesar de que Carlos toma con mucha filosofía lo sucedido en la UNAM su madre, la señora Arcelia dijo no entender al profesor que acosó a su hijo.
“Siento impotencia y frustración de que le sucedan estas cosas a mi hijo, un hijo es lo que más duele, quisiera ser como superhéroe y que nada lo tocara”, aseguró.
“Yo nunca le haría eso a un alumno, a los alumnos los quieres como parte de ti y unos son muy dedicados, otros son un poquito flojitos otros regular, pero a todos los quieres por igual y los apoyas igual, según la necesidad que tenga”, expresó Arcela Díaz.
Su padre Fabián Santamaría, quien se dedica al comercio exterior exigió una disculpa al profesor, José Antonio Alonso Pavón, por acosar a su hijo.
“Yo lo que le pedí al rector, lo mismo que le pedí a la directora en su momento, era sentarlos y entender las razones de lo ocurrido, lo que quisiera saber es qué es lo que lo provoca, si hay mala intensión si hay dolo, entonces pediría su renuncia”.
Fabián solo desea que Carlos antes que cualquier título profesional, sea un hombre de bien.
“Una cosa que siempre le digo cuando me hace enojar, por muy físico, matemático, para mí siempre va a ser lo más importante que seas una buena persona”.
La familia Santa María Díaz, que vive la mitad de la semana en Cuernavaca, Morelos y lo que resta en la Ciudad de México, disfruta al máximo a su pequeño.
Cortesía: Excelsior