CIUDAD DE MÉXICO.- El peso mexicano está siendo arrastrado nuevamente por la depreciación de las monedas de países emergentes, como Argentina, Brasil y Turquía, tras registrar una pérdida de valor superior al 0.5 por ciento.
El tipo de cambio peso-dólar bajo ese contexto cotiza en un precio de 19.2250 pesos en operaciones interbancarias a la venta, con respecto a las últimas transacciones de la sesión anterior (19.1105 pesos), representa una depreciación de 0.60%, esto es una contracción de 11.45 centavos.
Por su parte, el peso argentino registra una caída de 4.35% a 38.40 pesos argentinos por dólar, mientras el real brasileño presenta una pérdida de valor de 1.9% a 4.1322 reales por dólar y la lira turca reporta una depreciación de 1.5% a 6.6377 liras por dólar.
En operaciones electrónicas, la divisa canadiense también muestra debilidad frente al dólar estadounidense, al mostrar una contracción de 0.43%, para ubicarse en 1.3096 dólares canadienses por unidad.
En Turquía se dio a conocer el dato de inflación y por quinto mes consecutivo mostró incrementos para alcanzar una tasa del 17.9%, su mayor nivel desde octubre de 2003, como consecuencia de la fuerte depreciación de la lira turca, lo cual provoca presiones para que el Banco Central de Turquía eleve más su tasa de interés.
En Brasil, el fin de semana se dio a conocer que las autoridades electorales decidieron prohibir la candidatura presidencial del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, debido a los cargos que enfrenta por actos de corrupción.
Hacia adelante, la incertidumbre política seguirá ejerciendo presión sobre el real brasileño, pues entre los candidatos a la presidencia, el favorito del mercado, Geraldo Alckmin, se ubica en el cuarto lugar en las encuestas de preferencia de voto con un 7 por ciento.
En Argentina, los participantes del mercado siguen nerviosos ante las acciones que está tomando el gobierno de Mauricio Macri, quien la semana pasada solicitó un adelanto de un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que genera presiones en contra del peso argentino.
Cortesía: El Economista