Todo empezó hace nueve años con una violación y una amenaza que se cumplió ahora con la ejecución de 11 integrantes de una familia, según la fiscalía de Puebla, México.
Lo ocurrido en el remoto municipio de Coxcatlán, en el estado de Puebla cercano a los límites con Oaxaca, ha sido objeto de varias versiones en las últimas horas.
Pero para la fiscalía estatal no hay dudas: se trata de una venganza.
Hombres encapuchados llegaron a pie, cerca de la medianoche del jueves, a la colonia San José El Mirador. Se dirigieron a la vivienda de la familia Sánchez Hernández y abrieron fuego.
Los atacantes ingresaron a la casa de la familia y ahí asesinaron a nueve adultos y dos niños; otros dos menores resultaron heridos.
El saldo fueron cinco mujeres, cuatro hombres y dos niñas menores de edad fallecidas por impactos de bala.
Dos primas de 4 y 5 años quedaron heridas de gravedad y se encuentran internadas.
“Se trata de una venganza”
En un principio se manejó la hipótesis de que el crimen tenía un trasfondo religioso, por un posible enfrentamiento entre evangélicos y católicos.
Sánchez Hernández era una familia evangélica que vivía en San José El Mirador, que hace 15 años se separó de la cercana comunidad de El Potrero, mayoritariamente católica romana.
“Se descartan las dos suposiciones que existían: crimen organizado y religioso. Se trata de una venganza”, afirmó el alcalde de Coxcatlán, Vicente López
La investigación del caso primero se centró en un asunto religioso, pero después surgió la sospecha de que era una venganza.
En el fin de semana las autoridades dieron cuenta del incidente que desencadenó la matanza.
“La información que brindan los testigos y las primeras diligencias evidencian que hace nueve años una de las mujeres occisas tuvo un hijo con uno de los presuntos agresores, bajo circunstancias de una probable agresión sexual”, señaló la fiscalía de Puebla.
El hijo en cuestión resultó sin heridas en el ataque y los cinco testigos de los hechos, ahora en calidad de protegidos, identificaron a uno de los agresores “con características coincidentes” con el padre, quien ya había amenazado a la familia.
Según la fiscalía, en su momento el hombre había prometido vengarse y matar a la familia si denunciaban la violación, algo que hicieron.
El hombre huyó pero fue luego apresado y condenado. Recientemente fue liberado de prisión.
Las 11 víctimas mortales fueron enterradas en la localidad del estado de Puebla, una de las regiones más pobres del centro del país.
La pareja actual de la mujer que hace nueve años había sido violada recibió más lesiones que las otras víctimas e incluso presentaba múltiples heridas por arma blanca.
La fiscalía aseguró haber identificado a dos de los agresores, que huyeron hacia la cercana sierra de Oaxaca.
“Nos consterna a todos”
Cientos de personas participaron este lunes del entierro de las víctimas.
“Este hecho nos consterna a todos, nos lastima a todos”, dijo el párroco Anastasio Hidalgo durante la misa.
“Estos hechos se llaman delitos de lesa humanidad que nos debe pegar a todos, por el hecho de ser seres humanos a quienes se les ha quitado la vida”.
Fuente: BBC