México

Los terremotos del 19 de septiembre: dos tragedias que marcaron a México

Javier A. Cervantes / Grupo Cantón 

En todo el país se realizan simulacros, se rinde homenaje a las víctimas de los sismos de 1985 y 2017 y recuerdan la solidaridad del pueblo mexicano

Cancún,-El 19 de septiembre se ha convertido en una fecha profundamente significativa para México, no solo por la tragedia que representa, sino también por la conciencia colectiva que ha despertado en torno a la prevención y la cultura de protección civil.

En dos ocasiones, con exacta coincidencia de fecha pero con décadas de diferencia, el país ha sido sacudido por terremotos devastadores que dejaron una huella imborrable en la memoria nacional: uno en 1985 y otro en 2017.

El terremoto de 1985: la tragedia que cambió a México

El primero ocurrió en la mañana del 19 de septiembre de 1985.

Un poderoso terremoto sorprendió al país y sacudió violentamente la Ciudad de México.

Aunque su epicentro se localizó en las costas del Pacífico, frente a Michoacán, la capital del país fue la más afectada debido a su geología: una ciudad construida en lo que alguna vez fue el lecho de un lago, cuyos suelos blandos amplifican las ondas sísmicas.

La destrucción fue descomunal.

Centenares de edificios colapsaron en cuestión de segundos, incluidas viviendas, hospitales, oficinas, escuelas y hoteles.

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La emergencia rebasó a las autoridades, cuya respuesta fue tardía y limitada, lo que motivó una ola de solidaridad espontánea por parte de la ciudadanía.

Sin esperar órdenes ni instrucciones, miles de personas salieron a remover escombros con sus propias manos en busca de sobrevivientes.

De ese espíritu solidario surgieron las primeras brigadas de rescate civiles, como el emblemático grupo Los Topos, que más tarde serían reconocidos internacionalmente.

El sismo de 1985 no solo expuso las fallas estructurales de muchas construcciones, sino también las carencias en materia de prevención y respuesta ante desastres.

Como consecuencia, se impulsó una transformación profunda en la política de protección civil del país.

Se creó el Sistema Nacional de Protección Civil, se implementaron nuevas normas de construcción más estrictas, se mejoraron los protocolos de emergencia, y comenzó a fomentarse una cultura de prevención.

Cada 19 de septiembre, desde entonces, se realiza un simulacro nacional de evacuación y respuesta ante sismos, como parte del aprendizaje institucional y social derivado de aquella tragedia.

El sismo de 2017: la tragedia se repite

Treinta y dos años después, en 2017, la historia volvió a repetirse de manera insólita. Justo el mismo día, a solo unas horas del simulacro conmemorativo del sismo de 1985, un nuevo terremoto volvió a sacudir con fuerza el centro del país.

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Esta vez, el epicentro se localizó en el estado de Morelos, y aunque el movimiento telúrico fue de menor magnitud que el ocurrido décadas antes, su cercanía a zonas densamente pobladas provocó graves daños materiales y numerosas pérdidas humanas.

La Ciudad de México, Morelos y Puebla fueron los estados más afectados.

Varios edificios colapsaron en minutos, atrapando a decenas de personas entre los escombros.

Entre los casos más dolorosos se encuentra el del colegio Enrique Rébsamen, donde perdieron la vida 19 niños y varios adultos.

La tragedia fue devastadora, pero también activó de inmediato los reflejos de una ciudadanía más preparada.

Gracias a los protocolos de protección civil ya establecidos y a la rápida reacción tanto de cuerpos oficiales como de voluntarios, la respuesta fue más eficiente que en 1985.

Este segundo sismo reavivó el miedo, la tristeza y también la reflexión.

¿Era posible que dos terremotos tan destructivos ocurrieran el mismo día, separados por 32 años?

La coincidencia dio lugar a teorías, dudas y preocupaciones. Sin embargo, los especialistas en geofísica y sismología han sido claros: no hay ninguna evidencia científica que relacione la fecha del 19 de septiembre con una recurrencia sísmica específica. No existen patrones temporales que permitan predecir un sismo.

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La coincidencia, aunque impresionante, no obedece a una razón geológica, sino a un fenómeno estadístico improbable, pero no imposible, especialmente en un país con tanta actividad sísmica como México.

A pesar de no poder predecirse, los sismos han dejado valiosas enseñanzas.

México cuenta hoy con uno de los sistemas de alerta sísmica más avanzados del mundo: la Alerta Sísmica Mexicana (SASMEX), que puede detectar un sismo en su epicentro y enviar una señal de advertencia con segundos de anticipación a ciudades distantes, lo que permite evacuar espacios y salvar vidas.

Asimismo, la sociedad mexicana ha desarrollado una mayor conciencia sobre la necesidad de prepararse, practicar simulacros, revisar estructuras, contar con mochilas de emergencia y mantenerse informada.

Un legado de prevención y cultura sísmica

Cada año, el 19 de septiembre es un día de memoria y prevención.

En todo el país se realizan simulacros, se rinde homenaje a las víctimas de los sismos y se refuerza el mensaje de que, aunque no podemos evitar los desastres naturales, sí podemos reducir sus consecuencias mediante la preparación, la organización y la solidaridad.

Los terremotos del 19 de septiembre han sido, sin duda, dos de los episodios más dolorosos en la historia reciente de México.

Pero también han sido momentos de profunda transformación social, donde la tragedia ha dado paso a la resiliencia y a una cultura de prevención que continúa salvando vidas.

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Publicado por
Javier