Luego de más de una década de controversia, Estados Unidos ganó a México la batalla legal por el etiquetado de atún dolphin safe (libre de delfín).
Jueces de apelaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC) rechazaron el viernes los argumentos de México en el sentido de que la exigencia de este etiquetado por parte de autoridades estadounidenses infringía las normas.
El caso llegó a la OMC en 2008 luego de que México apelara ante esta instancia que la norma de etiquetado a las importaciones de atún castigaban a la industria pesquera azteca.
En un comunicado conjunto entre las secretarías de Economía y Agricultura, el gobierno mexicano respondió que “más allá del fallo” espera que “Estados Unidos reconozca el efecto que tienen los métodos de pesca utilizados por su flota y la de otros países en el ecosistema marino”.
“Este resultado nos obliga a continuar la defensa y promoción de nuestra industria atunera y un método de pesca altamente sustentable, así como los esfuerzos en foros multilaterales para lograr la protección no sólo de los delfines, sino de otras especies marinas afectadas por distintos métodos de pesca”, señaló el comunicado.
La larga controversia
La llamada”batalla del atún” entre los dos países inició en la década de los noventa, luego que Estados Unidos impusiera restricciones a las importaciones de atún mexicano bajo el argumento de que los métodos usados por los pescadores mexicanos afectaban a las población de delfines que se quedaban atrapados en las redes.
Las leyes en EEUU incluyen medidas de protección a los delfines que deben cumplir tanto sus flotas pesqueras como los países cuyos barcos pesquen atún aleta amarilla en una de las zonas del Océano Pacífico.
Si un país que exporta el alimento a Estados Unidos no cumple con estas normas, el gobierno puede decretar el embargo de las importaciones.
México acudió a la OMC argumentando medidas discriminatorias. En las primeras dos etapas de esta disputa comercial, la instancia comercial falló a favor del gobierno mexicano, dado que las regulaciones de EEUU permitían que los productores atún de otros países y de su propia flota utilizaran la etiqueta Dolphin safe aun cuando no se tiene la seguridad sobre los métodos de pesca que utilizan y si afectan o no a los delfines.
En 2011 la OMC consideró que los requisitos de etiquetado violaban las normas de comercio internacional. Un año después EEUU apeló el fallo obteniendo una opinión desfavorable, obligando al gobierno a modificar sus reglas, las cuales se siguieron considerando discriminatorias.
Sin embargo, en 2016, EEUU amplió sus restricciones a todos los países importadores de atún.
En abril de 2017, un árbitro de la OMC resolvió que México podría imponer a Estados Unidos sanciones comerciales por hasta USD 163 millones, una tercera parte de los solicitado, publicó la agencia Reuters.
Más tarde, Estados Unidos argumentó que había hecho lo suficiente para ajustar sus leyes y solicitó una exención de las normas de la organización por razones de conservación ambiental.
En octubre de 2017 la OMC falló en contra de México ante lo cual la Secretaría de Economía apeló el fallo, argumentando que no coincidía con su razonamiento jurídico.
Desde el inicio de la controversia, atuneros han denunciado millonarias pérdidas acumuladas por las restricciones. Se estima que el mercado estadounidense de atún en lata está valorado en unos USD 700 millones.
Cortesía: Vanguardia MX