MÉXICO.- El Hospital General Manuel Gea González del Instituto Mexicano del Seguro Social trabaja en la conformación de una Clínica de Atención Integral del Paciente con Diabetes, en la que el paciente recibirá tratamiento por parte de un grupo multidisciplinario.
La jefa de la División de Medicina Interna del nosocomio, Erika Karina Tenorio Aguirre, explicó que en ese modelo participarán el médico internista, nutriólogo, odontólogo y psicólogo, un entrenador para las rutinas de ejercicios y un podólogo para el cuidado de los pies.
En un comunicado destacó que se espera que antes de que concluya este año ya se encuentre en operación este modelo de atención integral, que beneficiará a los 100 pacientes semanales de este hospital.
Tenorio Aguirre explicó que la diabetes mellitus es una enfermedad crónica que con tratamiento médico, alimentación adecuada y actividad física se retrasan hasta 15 años las complicaciones, incluso se evita que aparezcan.
Señaló que existen muchos mitos sobre la diabetes, sobre todo cuando se diagnostica en personas jóvenes, quienes piensan que es el fin de su vida y no van a poder realizar las cosas que habitualmente hacían.
“No es así, la diabetes mellitus es controlable a través del apego terapéutico. En este aspecto se debe trabajar mucho, ya que hay casos donde el paciente no comparte su diagnóstico con su familia o amigos, por el temor de ser encasillado como enfermo”, refirió.
Las principales complicaciones son: visuales que va desde disminución de la visión hasta glaucoma; nefropatía, neuropatías, pie diabético y cardiopatía isquémica, sin embargo, se pueden incluso anular si se lleva un buen control desde el principio del diagnóstico.
Una de las medidas que debe adoptar el paciente es medirse diariamente la glucosa en ayunas, la cual debe estar en un rango de 80 a 130, y dos horas después de ingerir el desayuno, donde deberá tener un registro por debajo de 180.
Además de ello, se debe efectuar un estudio llamado hemoglobina glucosilada, para conocer el promedio de azúcar en sangre en los últimos tres meses, dependiendo del resultado, el médico determinará si el paciente ha llevado de forma adecuada su tratamiento.
Los pacientes con diagnóstico reciente o jóvenes con diabetes deben de tener una hemoglobina glucosilada por debajo de 6.5 por ciento; quienes tienen varios años con la enfermedad y alguna complicación que no comprometa su vida, la medición debe ser abajo del 7 por ciento.
Los diabéticos con antecedentes de cardiopatía isquémica u otra enfermedad que pone en peligro su vida, su estudio debe oscilar entre 7 y 8 por ciento, y todos deben de tener una presión arterial por debajo de 140/90. (Fuente: Noticias Mvs)